Londres.- La demanda mundial de petróleo registrará en 2023 un nuevo récord de 101.7 millones de barriles diarios, empujada por la recuperación de China y de la aviación comercial, adelanta este miércoles la Agencia Internacional de la Energía (AIE).
En su informe mensual sobre el mercado petrolero, la AIE considera que la demanda crecerá este año en 1.9 millones de barriles diarios (mb/d), con el combustible de aviación como el primer motor (840,000 b/d), mientras se prevé que China aporte una cifra parecida tras el levantamiento de las restricciones contra la covid.
China y Rusia serán las dos grandes protagonistas del mercado petrolero este año, según la agencia, que reúne a la mayor parte de los países de la OCDE.
El gigante asiático porque acaparará casi la mitad del incremento de la demanda, aunque el alcance de su recuperación económica y de su reapertura tras el covid sigue siendo “incierto”.
Rusia porque está por ver el efecto a más largo plazo de las sanciones internacionales a su petróleo en medio de una mayor demanda global.
Los precios, que tuvieron “una volatilidad extraordinaria” en 2022 y culminaron el ejercicio con un descenso hasta los niveles más bajos en un año, se han comenzado a recuperar ligeramente a comienzos de enero.
Pese a que la mayor demanda puede elevar los precios en 2023, la incertidumbre por la ralentización económica internacional y la continuación de la guerra de Ucrania, el aumento de la capacidad de refino a nivel mundial y el incremento de las reservas podrían moderar esas subidas.
En el lado de la oferta, Estados Unidos será la mayor fuente del aumento de la producción petrolera mundial, junto con Brasil, Canadá y Guyana, todos ellos no miembros de la OPEP.
Los autores del informe prevén que la OPEP y sus aliados (OPEP+) reduzcan su producción durante este año en 870,000 b/d, mientras que los países ajenos al cartel petrolero la incrementarán en 1.9 mb/d.
El declive de OPEP+ estará influido por el impacto de las sanciones internacionales contra Rusia, un aliado de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (OPEP), especialmente por el embargo de la Unión Europea al petróleo ruso transportado por barco y el precio tope 60 dólares por barril que le ha impuesto el G7.
La AIE recuerda que el viceprimer ministro ruso, Alexander Novak, señaló que el país tendría que reducir la producción en una horquilla de 500,000-700,000 b/d, pero calcula que Rusia habrá de recortar un volumen aún mayor por el embargo europeo.
En concreto, el documento estima que para el final del primer trimestre Rusia se verá obligada a disminuir su producción en 1.6 mb/d respecto a los niveles previos de la invasión de Ucrania de febrero pasado.
Eso dejaría la producción media rusa de crudo en 9.7 mb/d en 2023, con un recorte de 1.3 md/b en un año, lo que supondría una caída del 11.8%.
La agencia destaca que en diciembre Rusia ingresó 3,000 millones de dólares menos por la venta de crudo, y que tuvo que realizar a “descuentos récord” para dar salida a su producción.
En volumen, las exportaciones rusas de crudo bajaron durante diciembre en 200,000 b/d, hasta 7.8 mb/d, como consecuencia de las sanciones internacionales.
En cambio, Rusia aumentó el mes pasado sus exportaciones de diésel hasta un nivel récord de 1.2 millones de barriles diarios, la mayor cifra en varios años, de los que 720,000 barriles (el 60%) tenían como destino a la Unión Europea.
Por ello los autores del informe auguran que el mercado global, con abundante oferta en los primeros meses de 2023, puede sufrir tiranteces debido al impacto de las sanciones en las exportaciones rusas, y apuntan a que el riesgo es mayor en los productos refinados, especialmente el diésel.
Señalan que las campañas de ahorro energético, las medidas de eficiencia y la liberación de reservas estratégicas de crudo han permitido a los países capear la crisis energética generada por la invasión de Ucrania, pero avisan de que esas medidas serán “más cruciales que nunca” durante este año.