Sobrerregulación financiera en México: ¿Un obstáculo para el crecimiento?
Mario Sandoval Chávez
En los últimos años, México ha visto cómo un complejo entramado de regulaciones financieras ha empezado a sofocar a su economía, afectando especialmente a las pequeñas y medianas empresas (PYMEs) y a los inversionistas nacionales y extranjeros. La sobrerregulación, caracterizada por un exceso de normas y requisitos, está imponiendo costos elevados y procesos burocráticos que frenan el desarrollo económico del país.
Aunque estas regulaciones buscan evitar crisis financieras y proteger al consumidor, su implementación indiscriminada ha resultado en un entorno hostil para la inversión y la innovación. En lugar de fomentar un crecimiento económico sostenible, la sobrerregulación ha creado un clima de incertidumbre que perjudica tanto a empresas nacionales como extranjeras. Esta columna analiza cómo este fenómeno afecta negativamente a las PYMEs, desincentiva la inversión extranjera y ralentiza el crecimiento económico en México.
Impacto en las Pequeñas y Medianas Empresas
Las PYMEs representan el 99% de las empresas en México y generan más del 70% del empleo formal. A pesar de su importancia, son las más afectadas por la sobrerregulación financiera. A diferencia de las grandes corporaciones, las PYMEs carecen de los recursos necesarios para navegar la compleja red de regulaciones, lo que las coloca en una desventaja significativa.
Las normativas financieras imponen a las PYMEs la obligación de implementar costosos sistemas de contabilidad y auditoría, además de cumplir con estrictos controles de prevención de lavado de dinero y mantener una documentación exhaustiva. Estos requisitos, aunque necesarios para la transparencia, resultan prohibitivos para muchas PYMEs. Según datos de la Secretaría de Economía, cumplir con todas estas regulaciones puede consumir entre el 5% y el 10% de los ingresos de una PYME, un costo que muchas no pueden sostener.
Además del costo directo, la sobrerregulación también impone un alto costo en términos de tiempo y recursos humanos. La burocracia que rodea el cumplimiento regulatorio obliga a las PYMEs a destinar personal específicamente para gestionar estas tareas, reduciendo su capacidad de centrarse en áreas clave para el crecimiento, como la innovación y la expansión de mercados. Un estudio del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI) revela que, en promedio, una PYME en México debe dedicar hasta 400 horas al año para cumplir con todos los requisitos regulatorios, un tiempo que podría invertirse en mejorar su competitividad.
El impacto de estas cargas no es menor: cada año, miles de PYMEs en México se ven forzadas a cerrar debido a su incapacidad para cumplir con las exigencias regulatorias. Según el INEGI, cerca del 40% de las PYMEs que cierran sus puertas lo hacen por problemas relacionados con el exceso de regulación. Este dato es alarmante, pues representa la pérdida de empleos y un freno al dinamismo económico que estas empresas podrían aportar.
Desincentivo a la Inversión: El caso de las SOFOMES
Las Sociedades Financieras de Objeto Múltiple (SOFOMES) son fundamentales en México para facilitar el acceso al crédito, especialmente en sectores desatendidos por la banca tradicional. Sin embargo, la sobrerregulación financiera ha puesto en riesgo su viabilidad y, con ello, la atracción de inversión directa en este sector.
Las SOFOMES fueron diseñadas para operar con flexibilidad, ofreciendo productos financieros adaptados a las necesidades de sus clientes sin la estricta supervisión reservada para los bancos. Sin embargo, en los últimos años, las autoridades mexicanas han incrementado considerablemente la carga regulatoria sobre estas entidades. Nuevos requisitos en prevención de lavado de dinero, auditorías más frecuentes y costosas, y reportes financieros complejos han elevado significativamente los costos operativos para las SOFOMES.
Este incremento en la regulación afecta tanto a SOFOMES locales como a aquellas con participación de capital extranjero. Los inversionistas extranjeros, que ven en las SOFOMES un vehículo atractivo para inyectar capital en México, han comenzado a reconsiderar sus inversiones debido al entorno regulatorio excesivo y poco predecible. Según datos del sector SOFOMES, la inversión directa en este sector ha disminuido en un 25% en los últimos cinco años.
Este fenómeno tiene repercusiones amplias. Las SOFOMES juegan un papel crucial en la inclusión financiera, especialmente en regiones donde la banca tradicional tiene poca presencia. Al limitar la capacidad operativa de estas instituciones mediante la sobrerregulación, se reduce el acceso al crédito en áreas rurales, semiurbanas y urbanas. Afectando negativamente el desarrollo económico en estas zonas. Además, la falta de inversión en SOFOMES también amenaza con reducir la competitividad y la innovación en el sector financiero mexicano.
Efectos en el crecimiento económico
El crecimiento económico de México se ve afectado por un entorno regulatorio que, en lugar de promover la inversión y la innovación, tiende a frenarlas. La sobrerregulación financiera no solo ha impactado negativamente a las PYMEs y a las SOFOMES, sino que también ha limitado el potencial de sectores emergentes, como el tecnológico, que podrían impulsar la competitividad y el desarrollo a largo plazo.
Las empresas tecnológicas en México enfrentan serias dificultades para acceder a financiamiento debido a los estrictos requisitos regulatorios. En un contexto donde la economía digital es un motor crucial para el crecimiento global, la falta de acceso al crédito y las trabas regulatorias han ralentizado el desarrollo de startups y empresas tecnológicas, limitando su capacidad para innovar y competir a nivel internacional.
El impacto de la sobrerregulación se refleja también en las tasas de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB). A pesar de los esfuerzos por estabilizar la economía, el crecimiento del PIB ha sido anémico, situándose en un promedio de 2% anual entre 2015 y 2019, antes de la pandemia y este sexenio con todo y su economía moral y humanismo mexicano no será mayor al 1% en promedio. Este bajo rendimiento puede atribuirse en parte a un entorno regulatorio que desalienta la inversión y la creación de nuevas empresas, elementos esenciales para el dinamismo económico.
Otro aspecto crítico es el efecto de la sobrerregulación sobre la competitividad internacional de México. Según el Informe Global de Competitividad del Foro Económico Mundial, México ha caído en los rankings de competitividad, situándose en la posición 48 en 2022, mientras que en 2016 ocupaba el lugar 43. Aunque varios factores influyen en esta caída, la sobrerregulación es uno de los principales obstáculos señalados por inversionistas y empresarios.
Conclusión
La sobrerregulación financiera en México, lejos de proteger y estimular la economía, ha generado un entorno hostil para las PYMEs, las SOFOMES y otros actores clave del crecimiento económico. Las pequeñas y medianas empresas, que son el motor de la economía mexicana, se ven asfixiadas por un exceso de normativas que les imponen altos costos y una carga burocrática desproporcionada. Las SOFOMES, que deberían ser un puente hacia la inclusión financiera, están perdiendo competitividad y atracción de inversión extranjera debido a la creciente complejidad del marco regulatorio.
El impacto de la sobrerregulación se extiende a la economía en su conjunto, frenando el crecimiento del PIB y debilitando la competitividad internacional de México. Mientras otros países de la región adoptan enfoques regulatorios más equilibrados, que promueven el crecimiento sin comprometer la estabilidad financiera, México corre el riesgo de quedarse atrás.
Es urgente una reforma regulatoria que equilibre la necesidad de control con la promoción del desarrollo económico. México debe aspirar a un marco normativo claro, predecible y adaptable, que permita a las empresas y a los inversionistas operar en un entorno de confianza y seguridad jurídica, hoy con el riesgo adicional de imposición de una reforma judicial oficialista. Solo así se podrá desbloquear el potencial de crecimiento que el país necesita para avanzar hacia un futuro más próspero y competitivo.
X. @MarioSanFisan
CEO FISAN SOFOM ENR
Banquero a nivel Directivo con más de 30 años de experiencia profesional de negocios.
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