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La Inclusión Financiera de las MIPYMES en México

Mario Sandoval

Recién señaló Jonathan Heath, subgobernador del Banco de México, que la inversión privada es el gran ausente como motor de crecimiento desde hace cerca de 10 años; es decir, en los últimos dos sexenios ha puesto pausa la inversión privada del 2015 a la fecha.

Manifestó escenarios pesimistas de un crecimiento de 2% a 2.2% del PIB, pues no se confirman motores de crecimiento. En sus palabras, tenemos un gobierno que identifica al sector privado como otro de sus adversarios, por lo que el escenario se complica con una inflación que no cede y el estancamiento en las exportaciones y los servicios, en especial en el segundo semestre de 2021.

Ello hace necesario cambiar la narrativa de ambas partes y trabajar en conjunto y que sean comunes las prioridades para detonar la inversión privada productiva.

Es de llamar la atención que Rogelio Ramírez de la O, quien es secretario de Hacienda desde el 3 de agosto del 2021, o sea está ya en el séptimo mes de gestión, no se ha pronunciado con relación a que el PIB cerró por debajo del 5%. Se han publicado comunicados que lo señalan como su fuente para diversos medios y foros internacionales, pero en el país sus participaciones han sido mínimas, aunado a que el Ejecutivo pronosticó y anunció crecimientos para este 2022 y de aquí al 2024, del 5%. Se nota que él no busca polémicas, pero tampoco genera comunicación al sector privado y a los mercados para clarificar posiciones.

La Banca de Desarrollo ha tenido en estos tres años una gris actuación y en algunos casos como Sociedad Hipotecaria Federal y el Banco del Bienestar con altos índices de cartera vencida. Nafin y Bancomext brillan por su ausencia en el sector de micro, pequeñas y medianas empresas en el país. Si la Banca de Desarrollo no está activa, es reflejo de la falta de interés en el sector productivo.

Banobras está enfocado al sector público y ahí están colocados el 50% de los recursos totales de la Banca de Desarrollo. Es de destacar que en las crisis de los 80s, la Banca de Desarrollo fue la palanca de recuperación y apoyo al sector productivo, con la primera privatización bancaria se le fue limitando participación y desde entonces su apoyo financiero para las Mipymes es mínima.

Ruidosa distracción

La distracción ruidosa mediática con los debates diarios y las polémicas en redes sociales, genera rating para unos y otros según la afinidad política, pero se desvía la atención de temas relevantes, en especial el económico, para generar reacción en el sector productivo e impulsar el crecimiento económico en niveles que sean superiores al crecimiento poblacional.

Se requieren ingresos suficientes para cubrir programas sociales, infraestructura, salud, educación, justicia y el servicio de deuda que los diversos gobiernos han generado en los últimos 30 años y que se confirma que de cada peso de PIB, 50 centavos son para pagar servicio de deuda contraída históricamente.

Así que el margen se reduce y genera presión, si bien los indicadores macroeconómicos han sido estables, no significa que sean blindados contra la desaceleración económica prolongada.

Una cosa es la consultoría, la academia y la política ventilada diariamente con los medios de comunicación y que estos últimos parecen más asumir el rol de una oposición activa.

Sin embargo, se ha perdido tiempo en exceso en esos debates particulares y no en los asuntos que realmente deberían a generar impacto y beneficios a la mayoría.

La ejecución de la toma de decisiones, la práctica con experiencia y la inclusión de los sectores productivos es fundamental para reactivar la economía nacional. En mi opinión los diversos foros anunciados con los grandes empresarios no han tenido los resultados esperados.

En cada gira que hace el presidente por el país, se reúne con grupos sociales importantes desde luego, pero también lo es el sector empresarial, en cada entidad, hay empresarios que son líderes de opinión en su nivel local y ellos no están siendo involucrados en esas giras y ahí esta una clave vital para sumar esfuerzos comunes locales y regionales.

En el sector financiero se menciona con frecuencia el tema de inclusión financiera, pues ello debe ser también identificado en las MIPYMES. Es decir, la inclusión financiera, debe ser parte de generar crecimiento económico, que exista mayor disponibilidad de crédito en condiciones adecuadas, para fomentar inversión, empleo formal, ingresos fiscales y se vuelve un círculo virtuoso.

Desarrollo orgánico

El término de inclusión, parece que sólo se identifica a temas de perfil de bajo nivel socioeconómico de las personas, pero en los países desarrollados como USA y Canadá, la inclusión agrega a las empresas y las desarrolla pues son parte de su ciclo de desarrollo orgánico económico.

En diversas ocasiones he expuesto la importancia de no confundir microfinanzas o microcréditos con las Microempresas. Las dos primeras tienen objetos de autoempleo o de créditos solidarios a personas o grupos en común en zonas rurales o marginadas urbanamente.

La microempresa es el emprendimiento y de negocios que esperan evolucionar a pequeños empresarios que ya utilizan modelos de gestión profesional (sistemas operativos, manuales, canales de venta, medios de pago, etc.). Su inclusión con objetivos de mediano y largo plazo, permite generar expectativas y evolución de sus mercados territoriales e incluso a la exportación.

Las Mipymes, no buscan rescates, no buscan recursos a fondo perdido, precisamente esas acciones generadas en diferentes gobiernos, es lo que ha hecho vulnerable a la Mipyme. No pide favores, sino políticas publicas adecuadas.

En todas las ciudades del país, sin distinción y sin ser genios de la economía, hemos vistos negocios que cerraron sus puertas, no pudieron evolucionar o más bien dicho los gastos eran mayores a los ingresos y ante ello, debieron cambiar de estrategia.

Las Mipymes son administradas por empresarios que en su mayoría día a día viven la realidad de debates innecesarios y no de los temas que realmente les afectan o benefician, que cada quincena pagan nómina y prestaciones, que cumplen con sus obligaciones fiscales y enfrentan los grandes retos que no se dan en la academia o en el escritorio. Tienen que pedalear el terreno, palpan la situación en carne propia.

La tecnología se detonó necesariamente en los últimos dos años, nada será igual y por ello las FINTECH y la sistematización digital de procesos de otros intermediarios no bancarios (SOFOMES), irán cada año ganando terreno a los bancos tradicionales, que al ser tan grandes y con una regulación estricta los hace más lento en innovar y ganar participación con las MIYPES.

Las Mipymes superan en México los 4.2 millones de empresas registradas, aportan el 55% del PIB y el 75% del empleo formal. Sin embargo, reciben menos del 1% del PIB vía financiamiento. Si se busca crecimiento económico, entonces las Mipymes son la alternativa y deben ser involucradas e incluidas de manera activa.

La Inclusión Financiera, aplica también en el mercado bursátil, el financiamiento empresarial y son temas que hay que abordar, pues no todo se refiere a las finanzas populares, se necesita inclusión financiera en todos los niveles económicos y sociales.

CEO FISAN SOFOM ENR
Banquero a nivel Directivo con más de 30 años de experiencia de negocios.
Ex Presidente Nacional AMFE
Twitter @MarioSanFisan