Ciudad de México.- Las consecuencias de los sismos que se registraron en el país tendrán un impacto temporal sobre la actividad económica, ya que la reconstrucción promoverá un mayor dinamismo, consideró el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
En su reporte semanal “Análisis económico ejecutivo”, señaló que los sismos registrados durante septiembre pasado dejaron un importante impacto en materia de vivienda, edificaciones de oficinas, construcciones históricas e incluso infraestructura.
El organismo de investigación y análisis del sector privado apuntó que estos eventos tienen un impacto inmediato por el lado de la oferta, toda vez que diversos negocios detienen sus operaciones por varios días, según la zona y el alcance de los daños.
Sin embargo, se podría considerar que esta situación es temporal y que una vez pasada la contingencia, el periodo de recuperación será un promotor de mayor dinamismo de la actividad productiva del país, argumentó.
Destacó que la construcción es uno de los sectores que toma mayor relevancia en esta etapa y dada su relación con un importante número de actividades productivas del sector manufacturero y de servicios, se convierte en un detonador de mayor actividad económica.
“Considerando esta situación puede ser factible que el efecto neto al final del año sea positivo, es decir, que la pérdida generada por los sismos sea compensada por el dinamismo con que se lleve a cabo el proceso de reconstrucción, sobre todo cuando las autoridades se comprometieron en algunas zonas del país a terminar el año con vivienda nueva”, afirmó.
Para esto, el gobierno federal considera que, de manera preliminar, se necesitarán 37 mil 500 millones de pesos para llevar a cabo el proceso de reconstrucción, mencionó el CEESP.
De este monto, 13 mil millones de pesos se destinarán a la reparación de planteles educativos, y seis mil 500 millones de pesos se invertirán para la reconstrucción de vivienda en Chiapas y Oaxaca.
Asimismo, 10 mil millones de pesos a la reconstrucción total o parcial de vivienda para las demás entidades que tuvieron daños; y ocho mil millones de pesos se canalizarán para daños en infraestructura cultural.
Estimó que la rapidez con que se intente llevar a cabo el proceso de reconstrucción será parte importante a considerar en la revisión de pronósticos para este año, pero la expectativa es que estos no tengan un ajuste importante, incluso es factible que en su mayoría se mantengan sin cambio.
Para el siguiente año, los pronósticos de crecimiento dependerán más del entorno relacionado con la renegociación del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN) y del contexto político ante las elecciones presidenciales, refirió.
Indicó que si bien es cierto que la reconstrucción y ayuda a los afectados es prioritaria, también es el momento preciso para instrumentar medidas que contribuyan a estimular la actividad productiva del país, de tal forma que sea el mejor instrumento para generar empleos mejor remunerados que contribuyan a aliviar la situación de los hogares.
Esto sin duda corrobora la necesidad de una asignación eficiente de los recursos del sector público y un nivel de transparencia que impida la malversación de los fondos de reconstrucción y en general del gasto público.
“Las necesidades van más allá de la ayuda coyuntural. Este proceso es de mediano y largo plazos y requiere de una participación conjunta entre sociedad y autoridades”, añadió el CEESP.