Ciudad de Mexico.- Para atender las prioridades del gobierno y las necesidades de la población, la siguiente administración enfrenta retos como eficientar el gasto, reducir pagos superfluos y aumentar la recaudación tributaria.
Así lo consideró el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) al señalar que el principal instrumento que tiene el Estado para ejercer sus funciones y cumplir sus obligaciones con la población es el Presupuesto de Egresos de la Federación (PEF).
Estimó que el reto que enfrentará la nueva administración no es trivial pues, por una parte, y en medio de un entorno de escaso margen de maniobra del PEF, deberá concretar su objetivo de reducir el gasto superfluo, aunado a mejorar la eficiencia en la asignación de los recursos.
Por otra, tendrá que realizar esfuerzos para ampliar las bases gravables e impulsar la formalidad con el fin de aumentar la recaudación tributaria para atender las necesidades de la población en materia de educación, salud y seguridad, añadió.
En su informe semanal “Análisis económico ejecutivo”, señaló que durante algún tiempo las prioridades del gasto público se han centrado en solucionar principalmente aspectos coyunturales, o se han canalizados a diversos programas.
“La necesidad de una revisión del gasto es fundamental para lograr que este cumpla sus funciones. Es fundamental alinearlo con las prioridades del país”, subrayó el organismo de investigación y análisis del sector privado.
Comentó que a lo largo del tiempo se han hecho numerosas propuestas para mejorar la asignación de recursos y se han instrumentado diversas medidas de austeridad a través de cancelación de plazas gubernamentales y recortes presupuestales.
El CEESP alertó que una presión adicional en este contexto para las finanzas públicas, pueden ser los programas sociales propuestos por el nuevo gobierno, como duplicar las pensiones y la asignación de becas, entre otros, que requerirán de recursos adicionales.
Dado el interés que existe en fortalecer las finanzas públicas, es fundamental llevar a cabo una revisión estricta del gasto y concretar ahorros para que el gasto incida en el crecimiento económico y el bienestar de las familias, así como contar con fuentes de recursos estables y permanentes, subrayó.
Se debe tener en cuenta, apuntó, que para no considerar la creación de nuevos impuestos o aumentar las tasas existentes, es indispensable un sistema tributario que tenga la capacidad de generar nuevos ingresos conforme la economía crece.
Aunque las actuales autoridades hacendarias han logrado avances en materia de ingresos tributarios con la aprobación de la reforma fiscal de 2014, se podría inferir que el bajo ritmo de crecimiento de la economía, con un promedio de 2.4 por ciento en los últimos 24 años, ha jugado un papel en contra de un mayor dinamismo en la recaudación de impuestos.