Remesas, endeble salvavidas de la 4T

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Las remesas se han convertido en uno de los ingresos principales del gobierno, situación que coloca en una posición delicada a la economía nacional; sin embargo, están considerados como recursos extraordinarios que no han contribuido a superar la pobreza

José Ma. Gijón

A poco más de un año desde el inicio de la pandemia por la Covid-19, el clima económico se ha tornado en uno de los más adversos en la historia reciente a nivel global, sufriendo embates en todos sus frentes.

El caso de México no ha sido la excepción. De acuerdo con estimaciones del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (Inegi), la economía nacional sufrió un desplome del 8.5%, cifra que representa el mayor golpe recibido desde hace 88 años.

Con una racha de seis trimestres consecutivos de caídas anuales para enero de este año (cifra comparable con los datos de 1982-1983), el único paliativo que ha encontrado la administración del presidente Andrés Manuel López Obrador se encuentra en un recurso de proveniencia externa: las remesas.

Desde el año pasado, las divisas captadas bajo este concepto han tenido un alza progresiva pese a los efectos de la crisis sanitaria, con una recaudación de 40 mil 606 millones de dólares (mdd) en 2020 frente a los 36 mil 438 millones de 2019 (es decir, un incremento del 11.4%).

Mes con mes, los recursos enviados han aumentado, con récords interanuales y superando los pronósticos del Banco de México (Banxico) para beneplácito del Ejecutivo.

Tan sólo en mayo las remesas incrementaron 31% respecto a 2020, con un estimado de poco más de 4 mil 500 mdd, recursos que fueron dirigidos a 1.8 millones de familias en el país. Esto implica un aumento sostenido por decimotercer mes consecutivo.

A nivel general, durante la actual administración se llevan registrados 99 mil 209 mdd en esta clase de ingresos, dato que supera por un amplio margen a los acumulados de los sexenios de Enrique Peña Nieto (57 mmdd), Felipe Calderón (62 mmdd) y Vicente Fox (25 mmdd).

Frente a este escenario, el presidente López Obrador ha destacado el esfuerzo de los mexicanos residentes en Estados Unidos y ha reiterado que se espera que estos recursos sigan aumentando.

“Ya tenemos el pronóstico, porque eso sí, le ganamos al Banco de México, nuestra proyección siempre se cumple (…) tomen nota, ahí queda eso”, celebró jubiloso López Obrador los más recientes datos.

No obstante, pese a que la autodenominada Cuarta Transformación (4T) ha visto con buenos ojos el crecimiento sin precedentes en estas cifras durante lo que va del sexenio, la realidad es que el aumento en los ingresos bajo este rubro refleja un severo problema en las políticas públicas para mantener la sanidad de las finanzas a nivel interno.

La cara oscura

La escalada vertiginosa del valor de las remesas dentro de la economía nacional, lejos de significar una situación idónea, ha evidenciado fallas en materia de recaudación, salarios y apoyos económicos tras la pandemia.

Tan sólo los casi 100 mil mdd recibidos en los últimos 2 años y medio, equivalentes a unos 2 billones de pesos, superan los aproximadamente 1.7 billones de pesos recaudados cada año por el Servicio de Administración Tributaria (SAT) en concepto de impuestos a grandes empresas.

Aunado a ello, los ingresos provenientes de este concepto han ido superando a rubros como la Inversión Extranjera Directa (IED) y la venta de petróleo, ramos que obtuvieron 29 mil mdd y 14 mil mdd en 2020, respectivamente, frente a los 40 mil mdd de envíos registrados en el mismo periodo.

Por si fuera poco, pese a que las cifras se han mantenido en niveles exorbitantes, la realidad es que estos recursos terminan diluyéndose en los gastos primarios de las familias, manteniéndolas en estados de marginalidad.

De acuerdo con Roberto Zepeda Martínez, académico del Centro de Investigaciones sobre América del Norte (CISAN), actualmente residen cerca de 40 millones de connacionales en Estados Unidos, lo cual explica en parte el incremento en el flujo de envíos en los últimos años.

Sin embargo, el doctor precisó que los ingresos que perciben las familias mediante las remesas se destinan a la compra de productos de consumo, por lo que éstas no solucionarán el problema de la pobreza del país.

Durante el conversatorio “Monitor del trabajo en México: empleo y salario”, el investigador puntualizó que actualmente existe un proceso migratorio clandestino, surgido a raíz de que el modelo económico imperante no genera los empleos requeridos por la población.

Zepeda Martínez indicó que los sueldos del país se ubican entre los más bajos de América Latina y no alcanzan para la adquisición de productos básicos, por lo que es necesario que el gobierno propicie la generación de empleos bien remunerados y con cobertura de seguridad social.

A esto se debe sumar el hecho de que el 60% de estos recursos se destina a alguno de los 10 estados con mayor índice de pobreza del país.

Según estimaciones de Banxico, los estados que concentraron el mayor porcentaje de remesas durante el primer trimestre del año fueron Oaxaca, Guerrero, Chiapas, Michoacán, Veracruz, Puebla, Estado de México, Guanajuato, Jalisco y Ciudad de México.

Además, estas entidades registraron incrementos anuales de hasta 38% respecto a 2020, llegando a representar 40% de los ingresos totales en las localidades más marginales.

Por otro lado, Carlos Serrano, economista en jefe de BBVA México, señaló que un factor importante en el incremento de divisas es el impulso fiscal implementado en Estados Unidos, el cual habría permeado de forma indirecta en el país.

“México es un país donde el Gobierno decidió no tener ningún tipo de respuesta fiscal para aminorar los efectos de la pandemia, pero en EU sí se dio desde la administración pasada con el apoyo del Congreso y ahora la administración Biden la potenció de manera significativa”, señaló el especialista.

Considerando que actualmente hay 4 millones de mexicanos con ciudadanía y 3 millones con green card, un porcentaje significativo habría tenido acceso al programa de estímulos de mil 200 dólares, factor que no se debe menospreciar, señaló Serrano Herrera.

Arma de doble filo

Si bien el crecimiento de los ingresos por remesas mantendrá su tendencia al alza durante los meses venideros, este escenario representa un peligro potencial para la economía nacional debido a la influencia de factores ajenos al control del gobierno.

De acuerdo al “Anuario de migración y remesas México 2021”, publicado por BBVA México, 2021 podría cerrar con una captación de divisas por este concepto de casi 50 mil mdd y un crecimiento del 21.7%, colocando al país como el tercer mayor receptor de este tipo de transferencias en el mundo.

Sin embargo, dado que entre los elementos que han incidido en el aumento de las remesas se encuentran los estímulos económicos extraordinarios, sumados a la escasez de trabajadores en Estados Unidos y la subsecuente ocupación de mano de obra migrante, la racha de esta clase de ingresos podría sufrir un revés para finales de año e inicios de 2022.

Además de ello, cuestiones como los márgenes aplicados por las casas de cambio, la escasa bancarización de los receptores y el incremento en los costos de los “polleros” para el traslado a los Estados Unidos, representan fugas crecientes en los ingresos de los migrantes, lo cual eventualmente repercutirá en los niveles hasta ahora observados.

Este último componente resulta especialmente delicado, ya que de acuerdo con Juan José Li, economista sénior de BBVA México, el endurecimiento migratorio a raíz de la pandemia ha implicado que los precios cobrados por los “polleros” se disparen, llegando a representar hasta el 30% de los ingresos de quien contrae la deuda.

“Si un migrante tuviera el dinero que cobra el pollero no iría lejos de su familia, pondría un negocio aquí en México, pero al no tenerlo adquiere deuda, en la que no sólo queda comprometido él, sino toda su familia, y para la cual llegan a destinar hasta dos años de su vida”, destacó el especialista en migración y remesas.

Ante los riesgos potenciales de mantener el modelo de recepción intacto, Gabriela Rodríguez, secretaria general del Consejo Nacional de Población (Conapo), enfatizó que es necesario trabajar para recuperar los ingresos en rubros como el petrolero o el turismo, de forma tal que la migración sea por gusto y no por necesidad.