Ciudad de México.- En los últimos diez años, el gasto per cápita en salud ha disminuido, independientemente de la institución pública a la que una persona esté afiliada. En el caso de los sistemas de seguridad social IMSS e ISSSTE, a pesar de que han tenido incrementos presupuestarios, su gasto per cápita disminuyó de 2010 a 2020. El gasto en IMSS pasó de $5,614 en 2010 a $4,600 en 2020 y el gasto en el ISSSTE pasó de $5,063 a $4,648 en el mismo periodo.
En cuanto a los subsistemas que atienden a la población sin seguridad social, el gasto per cápita en el Seguro Popular pasó de $3,472 en 2010 a $3,258 en 2020. Por su parte, en la población adscrita al programa IMSS Bienestar, el gasto per cápita pasó de $1,180 en 2010 a $1,060 en 2020. En el caso de Pemex, su gasto per cápita fue el que más se redujo en términos porcentuales, al pasar de $24,054 en 2010 a $11,131 en 2020; sin embargo, se mantiene como el gasto per cápita más alto de los otros subsistemas.
Cabe destacar que, durante los últimos diez años, el gasto público en salud ha oscilado entre 2.5% y 2.9% del PIB. De 2019 a 2020 se mantuvo en 2.5% del PIB. En cambio, la población total se incrementó en 12 millones 836 mil 087 personas en México. Esto ha conducido a un gasto per cápita en contracción, lo que genera que haya menos recursos disponibles para cada persona beneficiaria.
Judith Senyacen Méndez, coordinadora de Salud y finanzas públicas del Centro de Investigación Económica y Presupuestaria, destaca que la constante desigualdad de recursos causa diferencias en los servicios de salud a los que tiene acceso cada persona, dependiendo de la institución a la que esté vinculada. Por ejemplo, una persona adscrita al programa IMSS Bienestar tiene diez veces menos recursos de los que tiene una persona con acceso a los servicios médicos de Pemex y cuatro veces menos de los que tiene un derechohabiente del IMSS.