Palestina, Suave Patria
Ana Celia Montes Vázquez
“El Niño Dios te escrituró un establo y los veneros del petróleo el diablo…” dice López Velarde, poeta zacatecano, al pueblo mexicano en su “Suave Patria”. Sin embargo, bien aplica al heroico y festivo pueblo palestino porque, sin duda, la gran desgracia de Palestina ha sido el petróleo. Por ellos, de los muchos temas qué tratar esta semana resalta el de la posible conflagración bélica entre Palestina e Israel que parece no tener ni pronta ni fácil solución; por el contrario, una vez más este añejo conflicto alcanza los titulares de toda la prensa mundial.
Al-Aqsa, la mezquita ubicada en Jerusalén, la de la cúpula dorada, la majestuosa, la más sagrada el profeta para los musulmanes después de La Meca porque en ella ascendió Mahoma, fue acordonada por fuerzas militares israelitas precisamente al término del Ramadán, el mes de ayuno espiritual para purificación del cuerpo y alma, constituyendo una clara afrenta al mundo árabe y una más a los árabes palestinos.
Y es que esta situación sencillamente es la consecuencia de una serie de agandalles judíos resultados del sionismo (para quienes no lo sepan, es la política israelita de apropiación del territorio palestino para instaurar su Estado). Tanto así, que para entrar a orar en la mencionada mezquita situada en su propio territorio, los palestinos deben portar una especie de visa otorgada por el gobierno israelita reconociéndoles como no sospechosos de actos terroristas, por mencionar solo uno.
¡Ah! Porque para Israel el que los palestinos defiendan su autonomía y cada vez más poquísimas garantías individuales y derechos humanos básicos constituye sembrar el terror violentamente, aunque se trate de responder con pedradas las arremetidas soldadescas judías que son parte de su cotidianidad de esta región. Sin embargo, de eso no hablan las agencias noticiosas internacionales, en mucho por ser empresas de capital israelita por lo que el enfoque noticioso ha sido desfavorecer la imagen de Palestina y de los palestinos reduciéndolos a fanáticos musulmanes.
Por todo esto, si me permiten hablar a continuación presento una simbiosis de la situación de Palestina en palabras de Ramón López Velarde, citado al inicio:
La Suave Patria no es sólo la mexicana.
Patria hay en donde están los niños que ríen y juegan a la guerra,
que la guerra misma les impone en su día a día.
Patria, en donde las mujeres llevan rebozo
como las que llevan el velo
en señal de respetuosa y dulce devoción a Dios,
ese misericordioso Dios de todos los seres vivientes
que no nunca desea la batalla ni el sufrimiento de sus criaturas.
Palestina, Belén, en donde nació el Salvador del Mundo
(el Niño Dios te escrituró un establo)…
Palestina, tierra de dátiles y mujeres hermosamente abnegadas.
Palestina, en donde convergen las devociones del mundo.
Palestina, Jerusalén, la tierra de los milagros.
Palestina, de niños puerilmente sufridos en adultez adelantada.
Palestina, los veneros del diablo, su gloria e infierno…