Si me permiten hablar

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Elecciones y coronavirus: interesante coctel

Ana Celia Montes Vázquez (*)

A casi seis meses de pandemia por Covid-19 y en pleno confinamiento, se dio a conocer que el período electoral de 2021 iniciaba, por cierto, el más grande de la historia de nuestro democrático país. Así, con bombo y platillo y hasta honores a la bandera en las instalaciones del Instituto Nacional Electoral (INE) se anunció que el próximo año se llevarán a cabo los comicios en nuestra nación para renovar varias gubernaturas y congresos, entre ellos el de la Unión; es decir, la Cámara de Diputados, esa misma que discute las leyes. Esa misma que está constituida por 500 diputados que cobran un sueldo (“dieta”, mejor dicho) inalcanzable para la gran mayoría de los contribuyentes, por cierto.

Y retomando el asunto de los ya próximos comicios, hecho ya programado en el calendario electoral nada fuera de lo común salvo por el detalle del coronavirus, ese algo invisible e intangible que literalmente puso al mundo de cabeza y lo paralizó, lo cual influirá en la manera en que se desarrollen las campañas electorales con la sana distancia y el uso obligatoria de cubrebocas, ¿o será que en lugar de frijol con gorgojo ahora obsequiarán gel antibacterial con los colores de las partidos políticos? ¿Y cómo cautivarán los candidatos al electorado si no podrán tener cercanía física, ya no se diga emocional?

Sin embargo, también es un acontecimiento imparable, empezando por su calidad indiscutible de ejercicio para la vida democrática de nuestro país y también porque constituye un motivo para generar trabajos temporales, entre los cuales se cuentan todos los relacionados con las artes gráficas (panfletos, pendones, volantes, etcétera) y con los medios de comunicación (propaganda, tiempo-aire, spots y más etcétera), situación muy necesaria en estos momentos de reactivación y no sólo económica, porque también se levantan los ánimos de los simpatizantes de cada partido, sea el color que sea, aunque sea por la expectativa y la esperanza de verlo coronarse victorioso.

Ahora bien, cabe señalar que esta elección es la intermedia, esa misma que se realiza a los tres años de período presidencial, justo a la mitad. Por lo mismo representa un termómetro de cómo van los ánimos de los votantes y hacia qué lado se dirige la intención, incluso previendo cómo podrá ser la elección presidencial próxima y de qué color se teñirá el mapa político nacional.

En fin, será interesante ver cómo se desarrollarán las elecciones más amplias en nuestra historia y también cómo los oponentes de MORENA, el partido reinante, tratarán de arrebatarle escaños, siendo que ya están en la rebatinga.

(*) Docente FES Acatlan – UNAM