Si me permiten hablar

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¡Y se hizo la luz! con todo y recibo de pago

Ana Celia Montes Vázquez

Claro, así fue y muchos connacionales lo proclamaron después de los apagones suscitados la semana pasada en varias entidades de nuestra República Mexicana, especialmente en el norte, lo cual constituye –una vez más—motivo para defenestrar a la 4T y, por supuesto, culpar a don Andrés Manuel López Obrador, presidente de México por cierto, porque por una u otra razón siempre logra tener la culpa a decir de sus detractores.

Recordando los hechos, hubo apagones a causa de ciertas deficiencias para garantizar el servicio eléctrico en los mencionados estados de norte entre otras cosas por falta de suministro de gas de parte de Texas confirmando la dependencia de este energético derivado del petróleo para garantizar el otro energético que es la luz, la misma que mueve tanto la vida cotidiana en lo doméstico como en lo laboral e industrial. Tanto así, que hubo (hay) plantas automotrices, por ejemplo, que vieron afectadas sus actividades por la falta de energía eléctrica a tal grado que sus ganancias se vieron mermadas por los paros técnicos necesarios.

Y bueno, ni qué decir toda clase de burlas y suspicacias en las redes sociales en forma de memes y de fake news, entre las cuales destaca que el mimísimo grupo criminal de Los Zetas fue quien boicoteó el abastecimiento de luz. De igual forma se sospecha de empresarios relacionados con la generación de energía eléctrica son autores de este sabotaje por aquello de ver afectados sus intereses por la reforma a la Ley de la Industria Eléctrica, la cual contempla acotar y supervisar la intervención de la iniciativa privada entre otras cuestiones. Como que resultó muy sintomática y hasta algo sospechosa la fatal coincidencia de los apagones e intermitencias del suministro eléctrico con el envío de esta reforma por parte del Ejecutivo.

En fin, todo este preámbulo también sirve para situarnos en la cruda realidad: La necesidad de un acceso garantizado de energía eléctrica, pero también los costos que eso conlleva. Y también la gran verdad que con este tipo de situaciones se hace patente: La autodeterminación de cada país y su autonomía en función con el uso de sus recursos naturales y, pero por supuesto, energéticos, como lo ha hecho patente el presidente López Obrador. Y no podría ser de otra manera, por ello es que las susodichas interrupciones eléctricas como consecuencia del desabasto de gas texano y la negativa a seguir surtiéndolo evidenciaron tal dependencia, que de inmediato Texas le levantó el veto a México cuando Rusia ofreció proveerlo.

El caso es que también nos encontramos en una encrucijada. Sí, todos los que pagamos la luz, el servicio eléctrico mismo que viene representado en un recibo verde y blanco en donde se especifica el adeudo cada dos meses y que también consigna el subsidio gubernamental frente al consumo y costo reales, porque de igual modo la iniciativa de reforma a la Ley de la Industria Eléctrica vislumbra eliminar tales apoyos.

Pues bien, tal vez no está tan descabellado ni fuera de lugar la petición del presidente mexicano al pueblo, cuando le aconseja economizar luz para contar con reservar y así mejorar el sistema eléctrico nacional, lo cual ha traído también toda una serie de críticas y comparaciones con Cuba y Venezuela, regímenes comunistas latinoamericanos, siendo que ni de lejos la situación mexicana se les acerca empezando con la extensión geográfica.