Claudia E. Anaya (*)
Pese a toda la animosidad y las ambiciosas expectativas brindadas por la Secretaría de Turismo (Sectur) a mediano plazo en torno al rubro, la última semana destacó como una de las peores para la industria turística en lo que va del año.
El preámbulo lo asentó el Banco de México (Banxico) al dar a conocer que, por primera vez desde julio de 2018, los ingresos de divisas por turismo internacional registraron una disminución en enero pese al aumento en la llegada de visitantes extranjeros.
Durante el primer mes de 2020, las divisas por este concepto se ubicaron en 2 mil 76.5 millones de dólares, lo que implicó una reducción del 0.3 por ciento respecto al mismo lapso del año pasado.
Pese a que es la primera baja en el indicador en 18 meses, Banxico explicó que los ingresos de divisas han mostrado una desaceleración desde agosto de 2019.
Tan solo con la reducción a tasa anual registrada en enero, México vio una tercera baja en cinco meses en el gasto realizado por los turistas de internación, segmento que llega al país por avión y que representa a los viajeros con el mayor nivel de gasto turístico.
Los datos del banco mostraron que el gasto de los turistas de internación cayó 1.4 por ciento en enero, cifra igual a la reducción mostrada durante septiembre del año pasado y superior a la baja de 0.04 por ciento obtenida en octubre de 2019.
Dados los resultados se calificó al panorama como complicado para el turismo ya que, de acuerdo con la consultora Brain Analytics & Innovation, desde enero de 2011 no se veía una variación negativa para un inicio de año en el rubro del gasto de visitantes internacionales.
Posteriormente vino el bombazo que tenía preocupado al empresariado de la industria turística nacional: la posible cancelación del Tianguis Turístico 2020 como consecuencia del coronavirus.
De acuerdo con el titular de la Sectur, Miguel Torruco Marqués, el evento turístico más importante del año se pospondrá hasta el mes de septiembre, debido a la propagación del Covid-19 en el mundo, el cual ha pasado a ser considerado por la Organización Mundial de Salud (OMS) como una pandemia.
La feria turística, a realizarse originalmente del 22 al 25 de marzo, será realizada del 19 al 22 de septiembre en la sede prevista, el Centro de Convenciones Siglo XXI en Mérida, Yucatán. El secretario de Turismo federal detalló que la razón detrás de las fechas es porque así conviene a las tarifas y los cupos para seguir “con el mismo éxito que se tenía”.
Durante el anuncio de la postergación del tianguis, el gobernador de Yucatán, Mauricio Vila Dosal, destacó que la decisión ha resultado difícil pero necesaria ya que la prioridad es la salud. “Todos los días estuvimos monitoreando la mejor decisión posible”, puntualizó el mandatario.
Respecto al impacto económico que conlleva la cancelación del evento en marzo, los funcionarios aseveraron que no se tienen datos concretos pero que ya iniciarían las labores para determinarlo.
Según el presidente del Consejo Nacional Empresarial Turístico (CNET), Braulio Arsuaga, se prevé un impacto del 20 por ciento en las reservaciones de cuartos de hotel en México a causa del virus originado en Wuhan.
Por otro lado, el Centro de Investigación y Competitividad Turística de la Universidad Anáhuac (Cicotur) estimó que, en un escenario de impacto severo en el turismo a causa del Covid-19, el Producto Interno Bruto (PIB) puede caer hasta 5 por ciento en el año y mantenerse en números negativos hasta 2021.
“Los primeros datos sobre el impacto probable a la industria turística son alarmantes y hablan de la necesidad de estructurar políticas públicas para acompañar al sector en los difíciles meses por venir, a fin de preservar los empleos y reducir las pérdidas”, advierte el estudio “Coronavirus y Turismo” realizado por el centro de investigación.
De acuerdo con el Cicotur, todas las empresas turísticas del país sufrirán en mayor o menor medida daños por la pandemia, pero las aerolíneas serán las que enfrenten los mayores retos.
En el escenario más complicado, la combinación del impacto económico global y la afectación directa en México haría caer las llegadas de turismo internacional en más de 10 por ciento, mientras que el mercado interno se vería paralizado por algunas semanas.
El estudio realizado por la universidad insta a una profunda reflexión por parte del gobierno mexicano para redireccionar un porcentaje relevante de los recursos captados por el Derecho de No Residentes (actualmente destinados al Tren Maya) para impulsar la demanda en los meses subsecuentes a la crisis.
La pregunta es, ¿la Sectur tomará en cuenta las recomendaciones para mitigar los daños al sector producto de la enfermedad? ¿O eventualmente dará el brazo a torcer a cierto macuspano que pese a la pandemia reparte besos y abrazos como si nada? Lamentablemente es casi seguro lo segundo.
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(*) Directora Adjunta de la Revista Hábitat Mx