Bruselas.- La Comisión Europea presentó este miércoles una propuesta para el primer arancel fronterizo sobre el carbono del mundo, que impondría costes de emisión a las importaciones de bienes como el acero, el cemento y el aluminio.
Según la Comisión Europea, la tasa fronteriza se introduciría gradualmente a partir del 2026. La medida está pensada para proteger a las industrias europeas de los competidores extranjeros que no están sujetos a los mismos costes asociados a la reducción de las emisiones de dióxido de carbono.
Según un documento de la Comisión Europea, a partir del periodo 2023-25 habrá una fase de transición en la que los importadores controlarán y notificarán sus emisiones.
De acuerdo con la propuesta, los importadores deberán comprar certificados digitales que representen el tonelaje de emisiones de dióxido de carbono incorporado a sus mercancías importadas.
Igualmente, podrán reclamar una reducción de los costes de carbono en la frontera si los bienes ya han sido sometidos a una tasa de carbono en el país de origen.
En el mundo se usan unos 64 instrumentos de fijación de precios del dióxido de carbono, entre los que se encuentran programas de compraventa de derechos de emisión o impuestos, en lugares como China y algunos estados de Estados Unidos, entre ellos California.
Sin embargo, sólo cubren el 21% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero, según un informe de mayo del Banco Mundial, y los precios de estos sistemas también varían mucho.
La Comisión Europea ha dicho que la medida de la frontera del carbono cumplirá las normas de la Organización Mundial del Comercio, pero la idea ha sido recibida de manera hostil por parte de algunos socios comerciales, entre ellos China y Rusia.