Una pequeña turbulencia

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Claudia E. Anaya (*)

Desde la semana pasada se dio a conocer el convenio mediante el cual el gobierno federal, encabezado por el presidente López Obrador, invertiría recursos en la región de la Huasteca Potosina. Dentro del acuerdo se incluyó la ampliación del Aeropuerto de Tamuín, respecto a la cual se han dado más detalles.

La modernización de la terminal aérea, ubicada en el estado de San Luis Potosí, tiene por objetivo impulsar el turismo de la zona, además de promover su desarrollo económico mediante la creación de 7 mil 500 nuevos empleos y una derrama adicional anual de mil millones de pesos, de acuerdo con el titular de la Secretaría de Turismo (Sectur), Miguel Torruco Marqués.

Aunado a ello, Rubén Samaniego, jefe de la Unidad de la Secretaría Técnica de Proyectos de Infraestructura de la Presidencia de la República, afirmó que la obra se realizará en etapas que sigan lineamientos de crecimiento del aeródromo y de la afluencia turística.

Las instalaciones actuales del aeropuerto, instaladas en 130 hectáreas, pasarán a ensancharse mediante la adquisición de 114 hectáreas adicionales, incrementando un 88 por ciento su extensión. Con este terreno se planea ampliar la pista de aterrizaje a 2.5 kilómetros, con la finalidad de que puedan bajar aviones de hasta 200 pasajeros.

Así, mediante la ampliación, que se proyecta se complete entre tres y cuatro años, el Aeropuerto Nacional de Tamuín estaría pasando de manejar una afluencia que ronda los mil 300 pasajeros para recibir anualmente a 600 mil, equiparándose con el Aeropuerto Ponciano Arriaga de la capital del estado.

Según Adrián Esper Cárdenas, alcalde de Ciudad Valles, se buscará que las nuevas instalaciones aéreas cuenten con vuelos internacionales a Los Ángeles, Atlanta y Texas. Sumado a esto, el próximo 15 de agosto iniciará un nuevo vuelo a la Ciudad de México, mientras que se sigue buscando abrir otro a Monterrey.

De la mano con la mejora de la infraestructura aeroportuaria, el plan de desarrollo turístico de la región, presentado en su momento por el secretario Torruco Marqués, también contempla detonar su potencial en el terreno del ecoturismo y el turismo de aventura.

Respecto al primer segmento, el funcionario destacó que desde 2013 crece a tasas sostenibles de cerca del 65 por ciento por año, con una derrama económica a nivel mundial de 263 mil millones de dólares anuales y un gasto promedio por persona de 3 mil 50 dólares.

Por otro lado, del turismo de aventura destacó que el 69 por ciento de los viajes internacionales que capta tienen su origen en los mercados emisores de Europa, Norteamérica y Sudamérica, con una estadía promedio de nueve noches.

El secretario indicó que la infraestructura hotelera de la Huasteca, conformada por 115 hoteles con 3 mil 30 habitaciones, resulta muy limitada, mientras que la derrama turística de la región, que el año pasado fue de 419 millones de pesos, resulta en una “cifra muy baja si la comparamos con el potencial turístico de la zona”.

Por tanto, se buscará impulsar los atractivos turísticos naturales, culturales, artísticos, arqueológicos y gastronómicos de la zona, sacando adelante el nicho de mercado del turismo verde.

Ahora bien, pese a que el escenario proyectado en la entidad resulta ameno para el titular de Turismo federal, también tuvo que dar respuesta al problema planteado hace un par de semanas por Grupo Aeroméxico respecto a Emirates Airlines.

De acuerdo con el director general de la aerolínea mexicana, Andrés Conesa, la entrada al mercado nacional de esta empresa con la ruta Dubái-Ciudad de México, con escala en Barcelona, es una decisión decepcionante, considerando los subsidios que recibe de los Emirates Árabes Unidos.

La queja radica en que será muy difícil competir con la compañía emiratí, dado que operará la ruta con aviones bastante amplios, los cuales también e utilizan para carga. Esto ha provocado que Aeroméxico cierre una ruta a Shanghái para poder hacer frente a la oferta.

Pensamos que no es justo, no es la medida correcta, pero haremos todo lo que se encuentre en nuestras manos para tomar las acciones legales para intentar que esto no pase”, aseveró en su momento Conesa Labastida.

En respuesta a esto, Miguel Torruco declaró la semana pasada que la Secretaría de Economía (SE) es la encargada de detectar prácticas de dumping en vuelos, como puede ser el caso en que sea muy grande el avión o se adquiera turbosina más barata en el lugar de origen.

“Que hagan la solicitud para que las autoridades verifiquen si hay o no. Eso no es competencia de la Secretaría de Turismo“, aseveró escuetamente el secretario de Turismo.

Hasta el momento no ha habido réplica por parte de la aerolínea mexicana, pero la forma de desligarse de la cuestión por parte de la Sectur resulta poco alentadora. Considerando que el fuerte de la llegada de turistas al país es por medio de vías aéreas, la dependencia no se puede dar el lujo de gestar fricciones con las empresas que manejan esta vía de transporte sin más. Al final, sólo queda esperar que esto quede como una pequeña turbulencia.

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(*) Directora Adjunta de la Revista Hábitat Mx