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El verdadero perdedor en las elecciones del 1º de julio

Leopoldo Reyes Equiguas *

Después de su avasallador triunfo electoral, el Partido Morena está a unas semanas de colocarse en una posición de poder casi absoluto, solamente comparable con el priísmo imperialista de los años 70’s, pues el sufragio colocó a los correligionarios de Andrés Manuel López Obrador como la primera fuerza política del país, ya que domina el Congreso Federal al contar con 247 Diputados de un total de 500, y con 58 Senadores de un total de 128.

Si sumamos que el Ejecutivo Federal tiene como titular al líder moral, ideológico y político del morenismo, nos encontramos que de tres Poderes de la Unión, dos se encuentran representados por una izquierda que ha ganado su actual posición al sumar a sus filas a políticos de diferentes partidos y corrientes ideológicas, con lo cual se tendrá un particular mosaico de personajes que hacen ver al actual gobierno como una moderna torre de Babel.

Aparentemente la izquierda y la derecha coexistirán, pero conforme avance el tiempo, veremos qué tan coordinadas y armonizadas se aplican las políticas públicas, de manera que satisfagan dos visiones tan disímbolas de entender la política y el poder.

Dada la homogeneidad alcanzada por Morena y sus aliados, todo parece indicar que los perdedores en estas últimas elecciones, que ya son históricas por muchos aspectos, son precisamente aquéllos que durante toda la campaña lucharon sin lograrlo, ocupar el primer lugar de las encuestas y preferencias de los votantes; es decir, el candidato del PAN, PRD y Movimiento Ciudadano, Ricardo Anaya; así como el candidato del PRI y del Verde Ecologista, ex secretario de Hacienda y Crédito Público, José Antonio Meade.

Ahora sólo queda esperar el comportamiento y desempeño del nuevo gobierno, quien con la bandera de la anticorrupción y la austeridad republicana pretende cumplir con una serie de promesas de campaña, que difícilmente se podrá cumplir dada la situación económica por la que atraviesa el país, pero al margen de darle el voto de confianza al primer gobierno de izquierda que gobernará a México, no nos damos cuenta que el verdadero perdedor de las elecciones el 1º de julio no fue Anaya ni tampoco Meade, fue la figura del candidato independiente, tanto en el ámbito de diputados como senadores, y que decir del Ejecutivo.

Se nos fue la gran oportunidad de contrastar los trabajos de un diputado o senador emanado de una fuente diversa a los partidos tradicionales, con ideología ciudadana, alejada de pragmatismos políticos para seguir ostentado el poder y llevar a la sociedad el verdadero sentido ciudadano del servicio a la comunidad.

Se perdió la oportunidad de probar un nuevo sistema de gobierno, sin compromisos ni alianzas perversas, y tendremos que esperar nuevamente la oportunidad de que las urnas vuelvan a recibir los votos que podrán ser razonados o nuevamente de castigo, para seguir afinando la incipiente democracia mexicana. Al tiempo…

*Rector de la Universidad Latina (Unila)