Ciudad de México.- Al inicio del año, algunas variables económicas registraron un comportamiento más favorable a lo previsto, pero no permiten concluir que hay ya un cambio de tendencia hacia la recuperación del dinamismo de la economía, señaló el Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP).
Afirmó que, en general, el ritmo de avance económico continúa mostrando debilidad, por lo que es de esperarse que los especialistas no ajusten por ahora sus pronósticos de crecimiento del Producto Interno Bruto (PIB) al alza.
“Lo más prudente es esperar a tener mayor y más clara información de la evolución del primer trimestre, a fin de contar con más elementos para inferir la dirección que puede tomar la economía durante el presente año”, subrayó.
Destacó que resultó un tanto sorpresivo el repunte del Indicador Global de la Actividad Económica (IGAE) durante enero, sobre todo porque en ese mes se registraron diversos eventos que afectaron la actividad productiva del país, como el desabasto de combustible y el bloqueo de vías férreas en Michoacán.
Refirió que en el primer mes del año el IGAE desestacionalizado registró un repunte mensual de 0.2 por ciento, tras haber mostrado una caída de 0.4 por ciento en diciembre pasado, con lo cual el crecimiento anual de la economía en enero se ubicó en 1.2 por ciento, un punto porcentual más que un mes antes.
En tanto, las ventas del comercio al menudeo tuvieron un repunte mensual en enero, datos actualizados del intercambio comercial de México reflejan una moderación en su comportamiento, mientras que la desocupación no muestra cambios significativos.
En su opinión, los datos sugieren que la actividad económica sigue reflejando incertidumbre, ya que a pesar de que hay compromisos de estimular la inversión productiva, falta claridad en la estrategia parar lograrlo.
En el margen, el bajo crecimiento económico es resultado de la tendencia a la baja y la caída que ha sufrido la inversión, refirió el organismo en su publicación semanal “Análisis económico ejecutivo”.
En particular, agregó, la inversión privada, que es la que más pesa en el total y que ha perdido fuerza en los últimos años, la falta de seguridad jurídica y el entorno de inseguridad y corrupción, entre otros elementos.
El CEESP destacó que el consumo sigue siendo el principal soporte del crecimiento. No obstante, su ritmo de avance se ha reducido en los últimos dos años, lo que implica que su aportación al crecimiento también ha caído.
Es preciso entonces que se incremente la inversión, privada y pública, a fin de reactivar el círculo virtuoso de mayor productividad de la economía, creación de más empleos, y de mejor calidad, y de generación de mayor demanda, que a su vez estimule más inversión, sostuvo.