Londres.- Un grupo de los mayores productores de cobre del mundo afirmó que su objetivo es reducir a cero las emisiones directas e indirectas de gases de efecto invernadero de aquí a 2050, una medida que podría hacer más atractivo el sector para los fondos de inversión preocupados por el medio ambiente.
Ante la previsión de que la demanda de cobre se duplique hasta alcanzar los 50 millones de toneladas en 2050 desde los niveles de 2020, la hoja de ruta de la Asociación Internacional del Cobre (ICA), publicada el martes, establece el objetivo de que sus miembros reduzcan las emisiones directas e indirectas entre un 30% y un 40% para 2030, y entre un 70% y un 80% para 2040, antes de llegar a cero en 2050.
Entre los miembros se encuentran BHP Group, la chilena Codelco, Glencore, Freeport-McMoRan, la japonesa JX Nippon Mining & Metals Corporation y la polaca KGHM. No hay miembros de China, el mayor productor mundial de cobre refinado.
Los productores de cobre tienen previsto reducir las emisiones directas e indirectas descarbonizando el suministro eléctrico, mejorando la eficiencia y la recogida de chatarra. La producción de cobre a partir de chatarra suele realizarse mediante electricidad, por lo que es más fácil de descarbonizar.
Los miembros de la ICA también trabajarán con sus clientes para reducir sus emisiones de “alcance 3” en un 10% para 2030, entre un 30% y un 40% para 2040, y entre un 60% y un 70% para 2050.
“Estas ambiciones colectivas muestran una trayectoria clara hacia la consecución de reducciones de emisiones definidas de hasta el 85% para 2050, y el resto se abordará mediante tecnologías avanzadas y una mayor colaboración”, afirmó la ICA.
Las emisiones producidas por la industria del cobre en su conjunto representan el 0,2% de las emisiones mundiales de gases de efecto invernadero. En 2018, la intensidad media de las emisiones de la producción de cobre refinado fue de 4.6 toneladas de dióxido de carbono equivalente (CO2e) por tonelada de cobre, un 13.4% menos que las 5.4 toneladas de CO2e de 1990.
Dado el papel clave del cobre en la transición energética y los “ambiciosos” planes de descarbonización, el sector debería ser una inversión atractiva para los fondos que usan criterios ambientales, sociales y de gobernanza (ESG), dijo la ACI.