- Definirían juzgadores 10% de electores
- Votos anulados 23%
- Imposición política mal ejecutada: IP
- OCDE interrumpe borrachera electoral
- Banamex: 141 años de historia
Agustín Vargas*
Con una primera estimación oficial de cerca de 13% de participación y 62% del Programa de Resultados Electorales Preliminares (PREP), la elección judicial del domingo uno de junio sería la menos participada de la historia moderna de México.
Los resultados oficiales se darán a conocer hasta entre el 10 y 12 de junio y no habrá manera de confirmarlos ni refutarlos, porque no fueron los ciudadanos quienes los computaron al cierre de las casillas, sino funcionarios del Instituto Nacional Electoral (INE), en un proceso menos accesible a la observación pública, además de mucho más difícil de seguir, asimilar y, menos, anular pues el propio órgano electoral no estableció porcentajes mínimos de votación para declarar su anulación. Es decir, en torno a la elección judicial se construyó todo un blindaje para que nadie pudiera tirarla por la escasa participación ciudadana.
De acuerdo con la estimación del INE, la participación estuvo dentro de un rango de 12.57% y 13.32%. Además, había estimaciones basadas en unas cuantas encuestas que preguntaron directamente si el entrevistado pensaba ir a votar, si conocía la fecha de la elección y qué tanto interés tenía en el proceso. En términos legales, como elección federal, 13% de participación queda muy por debajo del 61% del 2024, o incluso del 45% de la intermedia legislativa del 2005.
Hasta el pasado lunes, un día después de la elección judicial, con base en los datos del PREP, se observó que 23% de los votos fueron o anulados (11%), o dejaron “recuadros en blanco” (12%), lo cual significaría que los votos efectivos que decidirán el resultado representarán un porcentaje aún más bajo.
Ello se compara con el solo 2 a 3% de voto nulo promedio en elecciones federales recientes. Así, en esta elección, de los cerca de 13 millones que habrían votado, sólo cerca de 10 millones habrían emitido un voto sobre las personas que serán juzgadoras.
Las reacciones a la jornada electoral judicial surgieron por doquier, desde protestas masivas de ciudadanos en varias ciudades del país, reclamos a exfuncionarios del Poder Judicial, como a Arturo Zaldívar, expresidente de la Suprema Corte de Justicia de la Nación (SCJN), a quien al salir de la casilla de votación algunas personas le increparon su participación y responsabilidad en la destrucción de la autonomía e independencia del Poder Judicial.
El sector empresarial, en voz de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), expresó que la “baja asistencia y el desinterés generalizado confirman que esta elección no nació de una exigencia social, sino que proviene de una imposición política mal ejecutada, pero con serias repercusiones en nuestras instituciones y que permea en la inversión y confianza.”
La intensa convocatoria del partido Morena y funcionarios gubernamentales habría motivado participación de la ciudadanía, pero también parece que los acordeones de alta calidad, con diferenciación cromática idéntica a la de las boletas oficiales, cuya distribución se denunció en los últimos días previos a la jornada electoral, habrían tenido efecto.
Al menos en lo referente a la configuración de la SCJN, los resultados que el PREP comienza a perfilar coincidirían en cerca de 90% con la orientación sugerida en esos materiales y debido a los antecedentes de los perfiles que encabezan el voto, todo indica que habrá al menos una mayoría de ministros identificada con o simpatizante de Morena y el gobierno.
OCDE interrumpe borrachera
Aún no terminaba la borrachera gubernamental por la “exitosa” jornada electoral judicial en México, la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económicos (OCDE) se encargó de volver a la realidad, al menos parcialmente, a los agoreros del “todo está bien” y el “no pasa nada” en la economía mexicana.
La OCDE, organismo al cual pertenece México, publicó su más reciente reporte de perspectivas económicas, en el que advirtió que el panorama global se ha tornado cada vez más complejo y sitúa a nuestro país como una de los nacionales que menos desarrollo tendrá este año y el siguiente.
La combinación de un aumento sustancial en las barreras al comercio, condiciones financieras más estrictas, una menor confianza de empresas y consumidores, y un entorno de elevada incertidumbre política están deteriorando las perspectivas de crecimiento para los próximos años.
Bajo el supuesto técnico de que los niveles arancelarios vigentes a mediados de mayo se mantienen sin cambios, la OCDE proyecta que el crecimiento del PIB global se desacelere de 3.3% en 2024 a 2.9% tanto en 2025 como en 2026.
Esta pérdida de dinamismo se concentrará principalmente en Estados Unidos, Canadá y México, mientras que China y otras economías verán ajustes menos severos. La inversión empresarial se mantendrá débil debido a la incertidumbre regulatoria y comercial, y el crecimiento del comercio mundial también se moderará de forma importante tras haberse adelantado una parte significativa de los flujos en previsión de los nuevos aranceles.
Apenas la semana pasada el Banco de México (Banxico) advirtió que la economía de México es “débil” y tendrá un crecimiento marginal de 0.1% del PIB en 2025. A través de su Informe Trimestral enero-marzo de 2025, señaló que sector productivo nacional se desaceleró y existe el riesgo de que el país caiga más de lo previsto y finalice este año con un decrecimiento de menos 0.5% en su PIB.
«Se prevé que el PIB de México exhiba una tasa de crecimiento de 0.1% en 2025. Esta expectativa se compara con la tasa de 0.6% del informe previo”. De tal suerte que la “variación del PIB se actualiza a un intervalo de entre –0.5% a 0.7%”, puntualizó el Banco Central.
Banamex: 141 años de historia
El pasado lunes 2 de junio el Banco Nacional de México, que dirige Manuel Romo, cumplió 141 años de historia ininterrumpida. Fue fundado el 2 de junio de 1884. Desde entonces, es uno de los grupos financieros más grandes y relevantes de México; ha sido protagonista de la modernización e innovación en los servicios bancario y financiero del país.
Fue el primer banco en lanzar la tarjeta de crédito en Latinoamérica y el primero en instalar un cajero automático, dos de los servicios financieros más usados hoy en día entre los clientes de la banca en el país.
Banamex atiende hoy a más de 20 millones de clientes y genera valor a través de una Banca de Consumo muy dinámica en el país que atiende las ciudades y localidades en donde se genera el 95% del PIB.
Banamex cuenta con más 39,000 empleados; atiende a 13.4 millones de clientes activos y 8.9 millones de clientes digitales. Ocupa las primeras cinco posiciones en casi todos de los productos de crédito y débito; 1,261 sucursales; 9,112 cajeros y 10 corresponsales con 13,152 puntos de acceso, a través de las cuales se realizan en promedio más de 86 millones de transacciones mensuales.
“Este aniversario es muy especial, ya que somos nuevamente Banamex, un Grupo Financiero renovado, fuerte, comprometido con México, y listo para aprovechar el extraordinario progreso tecnológico y con una clara comprensión de los retos y oportunidades que brinda el país”, señaló Manuel Romo, director general de Banamex.
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*Periodista, director de la Revista Hábitat Mx
