Claudia E. Anaya (*)
Durante las últimas semanas se ha visto como diversos organismos internacionales se encuentran preocupados sobre los efectos cuasi catastróficos que puede tener la pandemia de Covid-19 en la economía y, sobretodo, en el turismo.
A nivel nacional se mantuvo una postura bastante optimista al respecto, con la promesa de una gran campaña que se sostiene en la creciente comercialización de los destinos a través de medios digitales.
No obstante, como casi siempre, la realidad terminó por imponérsele a la actual administración y la obligó a plantearse escenarios adversos que deberá sortear de ahora en adelante.
La toma de consciencia empezó la semana pasada cuando la Secretaría de Turismo (Sectur) alertó que, en caso de no recuperarse la actividad de viajes para la época de verano, el Producto Interno Bruto (PIB) turístico podría ver una caída de más del 20%.
De acuerdo con el titular de la dependencia, Miguel Torruco Marqués, en un escenario negativo en el que se deba esperar una recuperación hasta diciembre, los sectores turísticos más afectados serían el hotelero y la industria aérea.
Pese a esto, el secretario insistió en que se tiene un plan para poder reactivar la industria turística para el periodo de verano, motivando los viajes a nivel interno por su importancia para el sector.
Posteriormente, Torruco Marqués dio a conocer una novedad respecto al tema de los puentes vacacionales, los cuales prácticamente tenían los días contados después de la ocurrencia presidencial de eliminarlos por temas morales.
El funcionario confirmó a mediados de la semana pasada que los fines de semana largos continuarían para poder fomentar el turismo en el país, contando con el compromiso del presidente López Obrador de mantenerlos para hacer frente a la crisis del sector.
Comentó que estos periodos vacacionales representan un incentivo tanto para el turismo nacional como el internacional, aumentando la ocupación hotelera hasta ocho puntos porcentuales respecto a un fin de semana común y atraen una derrama económica que asciende a los 38 mil 400 millones de pesos.
Por estas razones, Torruco Marqués también anunció que se trabaja con la Secretaría de Educación Pública (SEP) para poder agregar otro puente al calendario escolar, permitiendo una recuperación más rápida en el segmento del turismo interno.
Finalmente, para cerrar la semana, la Sectur aseveró que a pesar del protocolo de reactivación contemplado, la industria turística podría ver una recuperación completa hasta el año 2023.
“Tiene que pasar este año y el próximo año, con mucho esfuerzo, para que ya en el 2023 pueda estar ya más estandarizado, vuelva otra vez a estar prácticamente teniendo bastante éxito, pero no todavía tomar los mismos niveles que teníamos al cierre del 2019”, advirtió Torruco Marqués.
El titular de Turismo federal indicó que destinos como Cancún, Puerto Vallarta, Acapulco, Ixptapa-Zihuatanejo o Los Cabos serán a los que les costará mayor trabajo poder levantarse pese a las medidas de reactivación turística.
«Todos los países que hoy estamos padeciendo de esta pandemia de Covid-19, desde luego están marchando sobre el mismo camino, es decir, exhortando a la población a que, tan pronto se levanten las prohibiciones o asuntos sanitarios, lo primero que deben hacer, antes de ir a otro país, es viajar por la propia nación”, consideró.
Poco a poco pasamos de un discurso idealista y “esperanzador” como es del gusto de la retórica de este gobierno a planteamientos que se acercan más a la realidad descrita en instancias internacionales. Lo siguiente será ver si las acciones se corresponden realmente a esto o si el endeble Nerón de Palacio Nacional dictará una agenda contradictoria a capricho.
Síganos en www.habitatmx.com
Escríbanos también a [email protected]
(*) Directora Adjunta de la Revista Hábitat Mx