Claudia E. Anaya (*)
Uno de los grandes problemas a los que se ha sometido la Secretaría de Turismo (Sectur) durante el actual gobierno ha sido el tema del presupuesto. Bajo la bandera de la austeridad, emblema del sexenio del presidente López Obrador, los presupuestos asignados a la dependencia han ido decreciendo en pos de lograr hacer “más con menos”.
A raíz de la pandemia de Covid-19 las expectaciones sobre las cifras para el próximo año fueron grandes y la semana pasada finalmente se dio a conocer el Proyecto de Presupuesto de Egresos de la Federación (PPEF) para 2021.
El paquete presentado por la Secretaría de Hacienda y Crédito Público (SHCP) al Congreso de la Unión designa un presupuesto de carácter histórico para la dependencia encabezada por Miguel Torruco Marqués, al pasar de un gasto de 5 mil millones de pesos a casi 39 mil millones para el año entrante.
En términos de su organigrama, la Sectur mantendría el mismo número de empleados que en 2020, con un total de 2 mil 825 plazas distribuidas entre el sector central, la Corporación de Servicios al Turista Ángeles Verdes, el Instituto de Competitividad Turística (Ictur) y el Fondo Nacional de Fomento al Turismo (Fonatur).
No obstante, el incremento en el presupuesto en realidad no implicaría un mayor gasto en la dependencia, ya que el sector central apenas contaría con 403 millones de pesos en 2021 frente a los 443 millones del 2020.
Otros que tendrán que recortar su gasto son los Ángeles Verdes, ya que pasarían a manejar un presupuesto de 232 millones de pesos frente a los 243 millones de este año. Caso similar al de las tres subsecretarías de la dependencia.
El único rubro al que se destinarían recursos mayores es al consabido capricho del Ejecutivo, ya que mediante el Fonatur se ejercerían 36 mil millones de pesos destinados a la construcción del Tren Maya, lo cual equivale al 94 por ciento del presupuesto total para el año que viene.
Aunado a ello, y como ya ha sido constante en lo que va del año, el proyecto de presupuesto reconoce que la pandemia ha situado al turismo en una realidad con “grandes retos por delante” pero no contempla ningún apartado para realizar apoyos directos al sector privado ni para actividades de promoción turística.
El rubro de desarrollo de destinos turísticos diversificados, sustentables y competitivos tendrá un recorte del 9.3 por ciento; en tanto, las tareas de coordinación de la política de gobierno tendrían una disminución presupuestaria del 2.3 por ciento.
En días posteriores, durante la Cumbre de Turismo Sustentable, Miguel Torruco aseveró que las consecuencias del coronavirus han sido demoledoras para el turismo, razón por la que todos los actores involucrados en la industria están obligados a trabajar unidos para enfrentar el fenómeno y asumir sus riesgos.
El titular de la Sectur destacó que el sector se enfrenta al enorme reto de “ser parte de la solución y no del problema”, que se requiere hacer de la actividad turística algo sostenible y autofinanciable que permita preservar al medio ambiente y beneficiar a la población local, siempre implementando los protocolos higiénico-sanitarios necesarios.
Durante el foro virtual, Torruco Marqués indicó que la actividad humana ha provocado impactos nocivos en el medio ambiente como consecuencia de una explotación inadecuada de los recursos naturales, situación en la que el turismo no ha sido la excepción y por la cual se busca implementar acciones y programas que favorezcan el crecimiento del rubro sin afectar el entorno natural y cultural.
El funcionario destacó que la Sectur ha puesto en marcha la estrategia “México Renace Sostenible” como respuesta a la problemática mediante la creación de circuitos turísticos de bienestar social, dejando en el pasado un añejo modelo con muchos viajeros en pocos lugares y mucho dinero en pocas manos.
Pese a las preocupaciones manifiestas del secretario la realidad es que su compromiso por la defensa del medio ambiente puede ponerse en serias dudas considerando las reiteradas protestas en contra del proyecto ferroviario faraónico del presidente precisamente por representar un riesgo ecológico alto.
A eso habría que sumar su silencio en torno a una distribución de recursos para su dependencia virtualmente igual al del año pasado pese a la grave situación en la que se encuentra el sector.
En un contexto donde el funcionario deja nuevamente de lado las inquietudes de la iniciativa privada (fundamental para el rubro) es difícil que se de la unión que tanto fomenta y casi conmina.
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(*) Directora Adjunta de la Revista Hábitat Mx
