Fentanilo, el veneno con rostro de droga
Norberto Vázquez
La Comisión para Combatir el Tráfico de Opioides Sintéticos de Estados Unidos, reveló el dato que alarmó al mundo: se requieren de tres a cinco toneladas métricas de fentanilo puro, para satisfacer el consumo de opioides ilícitos en todo Estados Unidos
Su tráfico es casi invisible, porque se necesitan pocas cantidades para generar un problema de salud pública en todo un país. Lo estragos de este enervante ya se sienten en las calles de Filadelfia, en los Estados Unidos, y en los barrios bajos de Tijuana. Son zombis andantes. Los otros, los que pasan las sobredosis, simplemente se mueren. Es el veneno con rostro de droga.
A los gobiernos de México, Estados Unidos y Canadá, les ha quedado claro que se enfrentan a un problema, porque es muy difícil monitorear el tráfico de fentanilo.
La Comisión para Combatir el Tráfico de Opioides Sintéticos de Estados Unidos, reveló el dato que alarmó al mundo: se requieren de tres a cinco toneladas métricas de fentanilo puro, para satisfacer el consumo de opioides ilícitos en todo Estados Unidos.
Esta Comisión, integrada por congresistas y funcionarios de la Administración para el Control de Drogas (DEA, por sus siglas en inglés) y el Pentágono, determinó que el ingreso total de la exportación de fentanilo a la Unión Americana probablemente es de mil millones de dólares.
Según un reporte de la DEA, la adquisición de un kilogramo de fentanilo altamente puro, proveniente de China, oscila entre 3 mil 300 y 5 mil dólares. Este kilogramo se diluye o mezcla con otras sustancias para obtener de 16 a 24 kilogramos del fármaco final, lo que resulta en una ganancia de alrededor de 1.9 millones de dólares.
Una millonaria industria, pero que no se detecta, por que se trafica prácticamente por kilos. Ante ello, los grupos del narcotráfico han cambiado su enfoque hacia esta droga. El motivo: su producción no está sujeta a ciclos agrícolas, es más fácil de ocultar al realizarse en laboratorios, y su distribución es más discreta.
El problema está por comenzar, más potente, barata y difícil de detectar, esta droga sintética está detrás de una crisis de salud pública con tintes epidémicos.
Según esta Comisión, cada año mata a miles de estadounidenses y el problema en México, ya se siente. Los expertos advierten que el fentanilo llegó a revolucionar el narcotráfico por completo.
El crimen organizado lo usa para cortar la cocaína, para modificar la heroína, para hacer pastillas piratas y para adulterar el cristal. Así, las bandas delictivas, no quitarán el dedo del renglón en este nicho, porque las dosis que se mueven son en tamaños muy pequeños, mientras que las ganancias, son enormes.
Si las drogas han sido el problema de las sociedades, el fentanilo, augura un pronóstico reservado como un fenómeno de salud pública en diversos países del orbe.
En los últimos meses, el fentanilo ha contribuido a abrir un nuevo frente político entre México y los Estados Unidos.
El ala más radical del partido republicano estadounidense propuso el 12 de enero una iniciativa en el Congreso para capacitar a su Ejército a combatir el tráfico en territorio mexicano.
La propuesta levantó una polvareda en el gobierno del presidente Andrés Manuel López Obrador, que calificó a los republicanos de intervencionistas y cargó contra la mala costumbre de los Estados Unidos de considerarse el “gobierno del mundo”.
Aquí no debe de haber contradicciones. La humanidad, y no es exageración, se enfrenta a uno de los problemas de salud pública más representativos de las últimas décadas. El fentanilo ha encendido los focos rojos en los gobiernos que conforman el T-MEC.
Es urgente que haya una coordinación frente a este veneno con piel de droga. Un dilema más que se suma a la ya tan complicada parcela de adicciones en México y en el mundo. La moneda está en el aire.