Política Global

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  • ¿Fin del Consenso de Washington? Es la hora de AL
  • Por desempeño económico, logra México consenso internacional
  • Consejo de las Américas reconoce propuesta de Sheinbaum

Juan Barrera Barrera

Desde hace algunos años el llamado Consenso de Washington (un decálogo de recetas neoliberales impuestas por los organismos financieros internacionales) ha ido perdiendo vigencia y eficacia en la región latinoamericana, debido a los intensos cambios políticos y económicos que viene experimentando la región con relación a la histórica dependencia hacia los Estados Unidos.

A partir de finales de los años noventa del siglo pasado, algunos países latinoamericanos solidificaron sus democracias y su sistema de partidos, de tal suerte que varios gobiernos han sido encabezados por mandatarios representativos del espectro ideológico de izquierdas y, en consecuencia, crearon bloques regionales (la Celac, por ejemplo) de defensa de sus intereses frente a los impuestos por Washington.

Consejo de las Américas aplaude propuesta de Sheinbaum

Esto viene a colación por las declaraciones del secretario de Hacienda mexicano, Rogelio Ramírez de la O, de que México siguió, con el resto de América Latina, un recetario de ajuste estructural que se basó en el Consenso de Washington porque así era la problemática común de los países de la zona, “pero hace ya muchos años que cada país está enfrentando situaciones distintas”.

En su presentación ante los integrantes del Consejo de las Américas, organismo que agrupa a 220 empresas multinacionales y globales, el funcionario destacó que la economía mexicana “ha mostrado una fortaleza notable en un entorno internacional complejo, ha crecido durante los últimos tres años por encima de su promedio histórico, debido a que en la actual administración se promovieron cambios estructurales en serio”.

Si bien México ya dejo de seguir los lineamientos del Consenso de Washington, ahora cuenta con el consenso de Susan Segal, presidenta del Consejo de las Américas, al calificar de “espectacular el proyecto de gobierno de Claudia Sheinbaum, candidata presidencial de la plataforma Sigamos Haciendo Historia. “Qué plan. En realidad, ni mi país que está en periodo de elección tiene un plan tan extensivo, para un desarrollo tan fuerte…Lo que dice usted de prosperidad compartida es verdad, porque está pensando en cada milla del país. La felicito muchísimo”, manifestó la directiva empresarial.

El plan de la candidata a la primera magistratura de la coalición de Morena-PT-PVEM se denomina 100 pasos para la Transformación y está compuesto por un centenar de propuestas divididas en ejes de gobierno que se traduce en bienestar para todos los sectores de la sociedad, pero pone por delante a los que menos tienen.

Reconocimiento externo del “Consenso Mexicano”

Hay consenso en el entorno internacional en reconocer el buen desempeño de la economía mexicana, a pesar de la fama de populista del presidente Andrés Manuel López Obrador. El Banco Mundial, en un reciente informe, actualizado al 27 de marzo, destaca que la economía mexicana creció 3.2 por ciento en 2023, el segundo año consecutivo de crecimiento que supera el 3 por ciento, una moderación después del rebote posterior a la pandemia.

La economía mexicana, dice el BM, ha recuperado los niveles de empleo y de Producto Interno Bruto (PIB) previos a la pandemia. El marco macroeconómico estable de México, el dinamismo de Estados Unidos y la sólida base manufacturera respaldarán el crecimiento económico. México se encuentra entre las 15 economías más grandes del mundo y es la segunda de América Latina, después de Brasil.

Para Ramírez de la O, el modelo económico que ahora se implementa en el país se basa en cuatro pilares de crecimiento: fortalecer los ingresos de los hogares en los deciles más bajos; desarrollar con cargo al presupuesto proyectos regionales en las zonas más relegadas del país; reforzar las políticas económicas por el lado de la oferta y contar con finanzas públicas balanceadas.

México, tras abandonar el “recetario” del Consenso de Washington, muestra fortaleza económica, el Estado ha recobrado su papel no solo de árbitro en la economía, sino de un ente activo en el desarrollo del país mediante la recuperación del sector energético, se ha recuperado el empleo y los ingresos de los trabajadores. No obstante, todavía guarda rasgos del decálogo del otro modelo.

Para finales de la década de los 1980 el modelo de desarrollo seguido por las economías latinoamericanas de sustitución de importaciones, entró en una crisis profunda, derivada de la crisis de deuda externa, cuando en 1982 México declaró la moratoria de su deuda y en unas semanas provocó el efecto dominó en toda la región, lo que también se conoce como la crisis de deuda o década perdida.

Rasgos del decálogo en proyecto morenista

En 1989, bajo la tutela del gobierno de Washington, el Instituto Internacional de Economía llevó a cabo una conferencia en la que participaron destacados economistas y representantes de organismos financiero internacionales, quienes llegaron a un consenso sobre diez instrumentos de política economía que, según Estados Unidos, los países latinoamericanos deberían aplicar para salir de la crisis y restablecer el crecimiento económico: lo llamaron Consenso de Washington.

Entre esos instrumentos destacan: disciplina la fiscal, recorte del gasto público, privatización de empresas públicas, desregularización en beneficio del capital externo, liberalización comercial (eliminación de aranceles), liberalización financiera y de las tasas de interés.

No obstante, el abandono paulatino del Consenso de Washington, el gobierno de López Obrador mantiene la liberalización comercial a través de los tratados de libre comercio con diversos países, especialmente con los Estados Unidos y Canadá con el T-MEC (el martes anunció una batería de aranceles al acero y aluminio chinos, a petición del gobierno de Estados Unidos) y la disciplina fiscal.