LA REFORMA AL CAMPO UNA MENTIRA MÁS DEL GOBIERNO
Guillermo Correa
En su última conferencia de prensa como titular de la SAGARPA, José Calzada Rovirosa aseguró que la tan mencionada Reforma al Campo sí se llevó a cabo durante la presente administración, al igual que la energética, educativa y financiera, entre otras. El ex gobernador de Querétaro presumió entonces con los resultados obtenidos gracias a la exportación de productos agrícolas, la mayoría de frutas, hortalizas y agroindustriales, que han colocado a México como una potencia mundial en el rubro.
El todavía funcionario habló en Los Pinos junto con el vocero presidencial, Eduardo Sánchez Hernández, para destacar lo bueno que se ha hecho en el sector dentro de una serie de encuentros con los medios, a fin de demostrar, a su manera, que el gobierno de Enrique Peña Nieto no está de cabeza, que hay logros –se repite en la radio—que no se quieren ver.
Pero una semana después el triunfalista miembro del Gabinete fue retirado de su cargo y colocado al frente del Movimiento Territorial del PRI, a unos cuantos meses de la jornada electoral del primero de julio y con la creciente verdad de que el candidato priista a la Presidencia de la República enfrenta problemas de aceptación ante la ciudadanía. La razón de que José Antonio Meade Kuribreña no levante políticamente obedece con seguridad al engañoso comportamiento del gobierno actual, lo que se demuestra con lo sucedido en el sector agropecuario y pesquero del país. Y es la propia Cámara de Diputados, a través del Centro de Estudios para el Desarrollo Rural Sustentable y la Soberanía Alimentaria, la que pone en duda lo dicho por José Calzada Rovirosa, quien durante su desempeño nunca dejó de mencionar los logros del sector considerado estratégico de la economía nacional al generar, al cierre de 2017, ingresos por más de 586 mil 500 millones de pesos.
¿Con tan cantidad de riqueza generada, quién puede dudar de que al agro y a los campesinos de México les ha ido muy bien en este sexenio? Según el blog de la Presidencia del 14 de marzo pasado “con políticas que vinculan el crecimiento de la economía, con el desarrollo de las familias del campo, el Gobierno cumple el compromiso de ofrecer a los mexicanos una economía (sic) más competitiva, diversa y con oportunidades de éxito”. Para ilustrar lo anterior sobraron cifras y expresiones de Eduardo Sánchez Hernández y José Calzada Rovirosa. Por ejemplo, que la balanza comercial agropecuaria tuvo un superávit de 97 mil 400 millones de pesos; que en 2015, por primera vez en 20 años se exportaron más productos agroalimentarios de los que se importaron y, en fin, que: “Así de drástico cambió el campo a partir de la administración del Presidente Enrique Peña Nieto”.
Sólo que los investigadores Altynaí Arias Hernández y Jorge Luis Salazar Sánchez, del CEDRSSA, hablan de una realidad rural muy distinta que comprende pobreza, desigualdad, inseguridad, migraciones y, en concreto, de marginación. Visión Social del Desarrollo Rural Sustentable se titula el estudio en el que se reconoce que el mundo está en crisis y que la prioridad –con cita del ex rector de la UNAM, Pablo González Casanova–, es la soberanía del mercado.
Con base en los reportes del CONEVAL el estudio cita que el actual modelo de desarrollo del campo mexicano ha propiciado que 80 por ciento de los habitantes del sector rural se encuentren en la pobreza y que las importaciones de maíz hayan aumentado de 400 mil a 10 millones de toneladas con la firma del Tratado de Libre Comercio de América del Norte (TLCAN).
También, el modelo de desarrollo rural ha concentrado los apoyos en los estratos de productores muy especializados que trabajan en las regiones donde la agricultura industrial ha avanzado significativamente en el mercado exterior, con la expectativa de generar empleo, bienestar y desarrollo por ser unidades altamente especializadas. Sin embargo, si esos recursos se ocuparan para financiar a las pequeñas unidades de producción que generan comida, se fortalecería la economía familiar, ya que se estima que 40 por ciento de los alimentos producidos en México son fruto del trabajo y del esfuerzo de cinco millones de productores familiares.
Sin embargo, la realidad es que la agricultura industrial no ha beneficiado ni a la mayoría de la población rural ni a todos los productores agrícolas, por el contrario, ha propiciado dependencia tecnológica, pérdida de suficiencia alimentaria, empobrecimiento de la población y deterioro ambiental. Del lado de los pequeños productores y los agricultores de subsistencia, a la desigual distribución de la tierra se agrega que los primeros poseen pequeñas extensiones y los segundos se localizan en terrenos menos aptos para la agricultura intensiva: escabrosos y con fuertes pendientes. Trabajan con sistemas tradicionales de cultivo, mínimo acceso al crédito, y pocas veces se obtiene la suficiencia alimentaria con base en su producción. Para tener un panorama completo y muy alejado de lo sostenido por el ex titular de la Secretaría de Agricultura, Ganadería, Desarrollo Rural, Pesca y Alimentación al escenario descrito deben incluirse otros factores limitantes del desarrollo y fenómenos como los que acompañan al cambio climático que tanto afecta el país.
Y –contrario a su dicho de que sí hubo reforma— el trabajo del CEDRSSA dirigido por el profesor Héctor Hugo Olivares Ventura, ex dirigente de la priista Confederación Nacional Campesina (CNC), destaca que La Reforma al Campo, sí es una reforma social pendiente y que “dado el fracaso ya innegable de la globalización, hay que volver la mirada a lo que funcionó bien antes de este periodo nefasto. Hay que reconstruir un Estado fuerte, que sea verdadero rector de la economía y reasuma sus responsabilidades constitucionales a fin de garantizar el bienestar de la población. Es mejor abandonar dogmas, regular el intercambio externo y el mercado interno y fortalecer la base social del Estado, que observar cómo se desmorona la gobernabilidad, la economía y la sociedad.
En tal sentido, debemos reconocer la reforma al campo como la reforma social pendiente que, para millones de mexicanos, habría sido la principal de todas, porque bien llevada tendría un fuerte impacto positivo en generación de empleo, disminución del hambre y la miseria, fortalecimiento de la cohesión social y disminución de la violencia, asuntos en los que no han logrado avanzar la reforma laboral, los programas asistencialistas ni la lucha contra el crimen.
DESDE EL CENTRO
Esta semana la sede de la SAGARPA muestra tranquilidad, luego de ser, después de la Secretaría de Gobernación, el lugar de protesta casi permanente de productores que reclaman adeudos en la mayor parte de los estados del país… La Coordinadora Nacional Plan de Ayala-Movimiento Nacional denunció la desaparición de los luchadores sociales Álvaro Bernardo Reyes Cruz y Federico Cruz Morales; culpó de ello al gobierno de Oaxaca, en tanto que demandó al de Querétaro libertad para María Ana Ochoa Castillo que lleva ya más de un año encarcelada injustamente… la misma CNPA—MN rechazó en el estado de Puebla la presencia de la minera Almaden Minerals que cuenta con concesiones en más de la mitad del territorio nacional… Jornaleros pararon el Ingenio Emiliano Zapata de Zacatepec, Morelos. La causa es que los explotan como en tiempos del porfiriato, cuando merecen salarios dignos, señaló la Central Campesina Cardenista… Aunque no se crea, el precio del azúcar baja, pero el huevo y otros productos básicos siguen por las nubes… Algo parecido al dulce puede suceder al candidato presidencial del PRI por la lista de “pluris” al Senado y la Cámara de Diputados que ha discriminado a los políticos de trayectoria y consolidado a los tecnócratas.