Ciudad de México.- El Centro de Estudios Económicos del Sector Privado (CEESP) aseguró que casi dos terceras de los trabajadores carecen de seguridad social y 19 por ciento se encuentra en condiciones críticas en México.
Como la baja inversión ha limitado el crecimiento del acervo de capital del país, indicó, la productividad laboral se estanca e inhibe la posibilidad de aumentar el número de empleos formales mejor remunerados.
Datos de la Encuesta Nacional de Ocupación y Empleo (ENOE) muestran que en los primeros tres meses de 2019 se contabilizaron 54.1 millones de personas ocupadas, lo que significó un aumento de 1.3 millones respecto al mismo lapso del año pasado y ha sido el mayor avance para un primer trimestre en los últimos siete años.
También se sumaron 1.9 millones de personas desocupadas, lo que representó un desempleo de 3.4 por ciento de la Población Económicamente Activa (PEA), según la encuesta del Instituto Nacional de Estadística y Geografía (INEGI).
Sin embargo, el organismo del Consejo Coordinador Empresarial (CCE) indicó que sólo 402 mil de los 1.3 millones consiguieron un empleo con acceso a servicios de salud.
Si bien suman 20.1 millones de personas con ese beneficio -37.1 por ciento de la ocupación del país-, es evidente que 33.8 millones carecen de los servicios de salud.
“Eso es reflejo de la debilidad del crecimiento la economía, de por sí magro, y de la incapacidad de la misma para crear empleos formales de calidad”, remarcó en su análisis semanal.
Apuntó que la situación obliga a las personas a buscar una alternativa de ingresos en la informalidad, segmento que ascendió a 30.8 millones durante el primer trimestre, es decir, 56.9 por ciento del total de la población ocupada.
Ese porcentaje significó dos décimas de punto por arriba del reportado en el mismo periodo del año pasado, de acuerdo con el organismo que dirige Carlos Hurtado López.
Pero el aumento en la demanda de empleos frente a una limitada apertura de fuentes de trabajo ha incidido en el nivel de los salarios que se ofrecen en México, lo que ha contribuido a la precarización del empleo.
Esto porque las cifras de la ENOE revelaron que sólo 3.9 millones de personas lograron ocuparse con un ingreso de hasta tres salarios mínimos y la ocupación de quienes tienen ingresos superiores a los tres salarios mínimos se redujo en 2.7 millones.
La población en condiciones críticas de ocupación, que reúne a los ocupados que trabajan menos de 35 horas a la semana por razones de mercado, más los que laboran más de 35 horas semanales con ingresos mensuales inferiores al salario mínimo y los que laboran más de 48 horas semanales ganando hasta dos salarios mínimos, “es otro indicador que resalta la precarización del mercado laboral”.
El primer trimestre del año –cuando el INEGI estimó una caída de 0.2 por ciento de la economía- ese segmento de ocupación tuvo un importante repunte para ubicarse en 10.3 millones de personas, cifra que como porcentaje de la población ocupada se elevó a 19 por ciento.
Más allá de programas asistenciales, refirió, los esfuerzos del gobierno deben centrarse en generar las condiciones propicias de certidumbre y seguridad para el florecimiento de la inversión productiva y un incremento del acervo de capital.
“Solo así habrá mayor posibilidad de ampliar las fuentes de trabajo con mejores condiciones”.