Los tuertos en país de ciegos
Francisco J. Siller
Tras su nombramiento a la Secretaría de Hacienda, Arturo Herrera dijo que si sabía decirle no al presidente Andrés Manuel López Obrador, pero al paso de los meses, solo ha confirmado que no tiene intención de seguir el destino de su antecesor Carlos Urzúa.
Decían los viejos políticos del PRI que quien se mueve no sale en la foto y Herrera está quietecito, sin moverse, como estatua de sal, aunque la economía nacional se le escurra de las manos y no haya visos de recuperación, por lo menos de aquí a final del sexenio.
A Urzúa lo corrió López Obrador por no ajustarse a su visión de como conducir la política económica del país. La diferencia entre éste y Herrera, es que el primero tuvo la decencia y la inteligencia de abandonar el cargo tras darse cuenta que en nada podría abonar para la bonanza del país.
Está visto que López Obrador no escucha a nadie, que vive en un país muy diferente a de 120 millones de mexicanos. Vive en un país de sumisos, ciegos y sordos, donde los problemas se minimizan, se ignoran y se desatienden en aras de regalar el dinero de los contribuyentes a las clientelas electorales.
Las advertencias han sido muchas. Empresarios, académicos y especialistas han puesto sobre la mesa numerosas medidas para paliar la crisis económica que se avecina. Están preocupados por la falta de un plan bien cimentado para hacer frente a la caída del PIB, el desempleo y la quiebra de miles de empresas.
Pero el presidente no escucha y no ve más allá de las paredes de Palacio Nacional. Mientras piense que con la creación de empleos temporales —con sus programas sociales— va a suplir los millones de empleos formales que de perderán, pone en riesgo incluso a su famosa Cuarta Transformación.
La junta de Gobierno de Banco de México (Banxico) está pronosticando que la caída del PIB para este año va a ser del 8.3 por ciento, que en números claros significa la perdida de 1.4 millones de empleos y que la recuperación para 2021 será lenta, muy lenta.
El banco central le está diciendo al presidente que si no hay inversión privada y pública, si el gobierno no garantiza las condiciones de certidumbre para los empresarios nacionales y extranjeros tendremos una recuperación económica será larguísima.
Y donde queda Arturo Herrera y su obligación moral de advertir al presidente de sus erróneas políticas económicas, sobre todo por los resultados obtenidos en 2019 cuando el crecimiento cayó a cero y este año será negativo, donde esta su experiencia. ¿De que le sirven su maestría y doctorado en Economía?
Al Secretario de Hacienda le pasa lo que a López-Gatell, que se han convertido en tuertos en un país de ciegos, que medio brillan en un gabinete —al que contradice y desacredita— sumiso al capricho de un presidente que pretende ser autor de todos los logros de su gobierno.
Y si de contradicciones hablamos en el gobierno federal las hay todos los días. Los mensajes encontrados y las acciones contrarias a la lógica y la razón las vemos todos los días y un ejemplo es la reanudación de las giras presidenciales en pleno semáforo rojo y viajar por tierra a Cancún para evitar usar un tapabocas, es solo un botón de la muestra.
Francisco J. Siller
CEO y Editor de Infórmate