Política Global

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  • Coalición variopinta contra AMLO en 2021
  • Solo obstaculizar al gobierno, lesivo al interés nacional
  • Matrimonio “patriótico”, pero carente de toda alternativa

Juan Barrera Barrera

Coincido con quienes sostienen que el presidente Andrés Manuel López Obrador es el autor de la alianza electoral que se formó el fin de semana entre el PAN, PRI y PRD para enfrentar a la aplanadora que representa el Movimiento de Regeneración Nacional (morena) el partido oficial, en los comicios del próximo 6 de junio de 2021.

Este fin de semana, el PAN aprobó ir en alianza con el PRI y el PRD en 150 de los 300 distritos electorales en Michoacán, Oaxaca, Veracruz, Chiapas, Guerrero, Hidalgo, Sinaloa, Sonora, San Luis Potosí, Baja California, Nayarit, Zacatecas, y Ciudad de México. Realmente es una alianza ventajosa ya que el panismo se reservó los estados que ha gobernado periódicamente: Querétaro, Aguascalientes, Guanajuato, Chihuahua, Durango y Yucatán, donde irán solos.

La coalición tendrá 61 candidatos panistas, 53 tricolores y 44 del sol azteca. Los partidos coaligados tienen como objetivo ganar la mayoría de escaño en el Congreso para de esta forma detener las reformas estructurales del gobierno de López Obrador y de la aplanadora oficial Morena.

Aunque AMLO no es el único responsable de esta coalición PRIANRD pero sí el principal. Uno más sería el empresario Claudio X. González y otro el presidente de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex), Gustavo de Hoyos Walter, principal ideólogo empresarial y creador de la organización derechista “México Sí”, que tiene como antecedente a Frente Nacional Anti AMLO (FRENA) y al Bloque Opositor Amplio (BOA) presuntamente creado por el gobierno de la 4-T.

El presidente ha utilizado el foro privilegiado, de manera exagerada, que la da su investidura a través de las conferencias de prensa matutinas para referirse continuamente a los partidos y organizaciones opositores, con el argumento de que está en su derecho de defenderse de los ataques de éstos contra el proyecto de la Cuarta Transformación.

El morenista ha sido el principal crítico de sus opositores, muy por encima de los dirigentes de su partido que no terminan por restañar las heridas que les dejo el frenético proceso de selección de su presidente nacional. Para el político tabasqueño lo que hicieron los aliancistas fue solamente exhibirse como lo que son: iguales de conservadores, con los mismos intereses.

Oposición 2021: vencer o morir políticamente

El 2021 ya se vislumbra como una coyuntura de vencer o morir. La disminuida oposición ya hizo sus cuentas y descubrieron que ir solos no les alcanzará los votos de sus disgregadas y confundidas bases y se la tienen que jugar, a pesar de que en ello vayan sus principios ideológicos.

Ese es el terreno que ha estado preparando López Obrador, el de la arena electoral. El mandatario está engallado por su presunta popularidad: Sus datos le arrojan el 70 por ciento de aprobación a su figura (no sabemos en qué evidencias se basa). Pero a pesar de las dudas razonables de sus datos, otras encuestas también le otorgan números altos, un 60 por ciento promedio.

Los partidos políticos han degradado y al mismo tiempo degradan a la democracia y al sistema de partidos. Las alianzas son sumas numéricas y eso diluye sus principios y las posibles ofertas políticas alternativas. Las elecciones se ganan con votos, con previas campañas de convencimiento de los electores de que sus proyectos son los mejores, pero se han rebajado a partidos meramente electoreros.

Los partidos opositores están convencidos de que deben ganar a toda costa el Congreso para convertirse en un verdadero contrapeso político al gobierno de López Obrador, de lo contrario su viabilidad legal como partidos políticos estará en serios riesgos. Le han apostado a la suma de lo que numéricamente represetan, n so se basa su propuesta, muy, muy reducida.

Coalición para obstaculizar, lesiona los intereses de los mexicanos

No hace mucho, el PRI se ruborizaba de la alianza entre la derecha y la izquierda (PAN-PRD-MC). Se decía que era una coalición antinatura, una mezcla de gua con el aceite, que solamente confundía al electorado. Sin embargo, desde hace tiempo PAN-PRD ha experimentado alianzas en algunas elecciones estatales y municipales, cuyos resultados no fueron muy afortunados que llevaron algunos panistas a reconsiderar esa alternativa.

Durante muchos años el PAN se había convertido, desde sus orígenes en 1939, en el principal partido de oposición, tenaz vigilante de las corruptelas de los gobiernos priístas. Después de salir de una fuerte crisis interna de mediados de los años setenta, el panismo se recuperó y entró en una era de crecimiento político, pero volvió a sufrir otra crisis, no tan profunda, pero que terminó en la ruptura de los llamados doctrinarios, agrupados en el Foro Democrático.

Posteriormente a esa inestabilidad interna, el blanquiazul pasó de la oposición a la colaboración en el gobierno de los “Chicago boys” encabezado por el cuestionado Carlos Salinas de Gortari, pero legitimado por el PAN a cambio de ser parte del gobierno espurio surgido de la elección de 1988. Vino entonces una etapa de amasiato PRIAN, producto del ideario de Diego Fernández de Cevallos y Carlos Castillo Peraza, con un proyecto de nación único basado en las propuestas de cambio estructural (la desestatización) de la derecha panista.

Con la nueva alianza (tenemos que agregar a México Libre de Felipe Calderón y Margarita Zavala) se formaliza el matrimonio “patriótico” con el objetivo de conseguir una mayoría en el Congreso e impedir las reformas que lleven a un cambio de régimen, pero sería una coalición perversa que afectaría más gravemente a la nación y a los mexicanos si estos partidos, sin alternativas reales, utilizan a las instituciones para convertirse en diques y obstaculizar las reformas del gobierno de la 4-T para la instauración de un nuevo régimen orientado a favorecer a los sectores más vulnerables.