Política Global

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  • Listas de plurinominales reafirma el patrimonialismo partidista
  • Matrimonio Calderón-Zavala: regreso sin gloria al PAN “antidemocrático”
  • La oposición no se sabe reinventar, sólo se recicla

Juan Barrera Barrera

Los bloques electorales y los partidos que irán en solitario (Movimiento Ciudadano) al compromiso electoral del 6 de junio para la renovación de las 500 curules de la Cámara de Diputados ya han decidido quiénes los representarán en ese compromiso tan trascendental para el país.

Es normal que en todo proceso interno de la formaciones políticas haya damnificados políticos por la designación de algunos personajes o que no son bien vistos por “las bases” por diversas razones que pueden ir desde su falta de militancia, de méritos, porque no cuentan con buena imagen y todas las que usted quiera y mande.

Es el caso de las primeras listas plurinominales que dieron a conocer los partidos integrantes de la coalición auspiciada y organizada por los empresarios Claudio X. González jr. y el ex líder de la Coparmex, Gustavo de Hoyos (ahora convertido en patrón de los coaligados) “Va por México” que integran los partidos Acción Nacional, Revolucionario Institucional y de la Revolución Democrática, han sido muy cuestionadas de adentro y de afuera.

En el blanquiazul desde semanas antes se anunciaba el regreso del matrimonio Felipe Calderón-Margarita Zavala. No tenían más opción luego de que el Tribunal Electoral del Poder Judicial de la Federación falló en contra de otorgarle el registro a su partido México Libre. No podían dejar pasar la oportunidad de participar en ese bloque político para arrebatarle la mayoría legislativa a Morena y “hacerle el contrapeso al populismo” del presidente Andrés Manuel López Obrador.

Margarita regresa e impone su candidatura

Pero el ex presidente Calderón y su esposa regresan, sin gloria, por la puerta trasera al PAN, al que acusaron de antidemocrático cuando decidieron renunciar a su larga militancia, por las ambiciones personales, dijeron, del entonces dirigente Ricardo Anaya y de su grupo para hacerse de la candidatura presidencial en perjuicio de las aspiraciones de Margarita.

Pero el “espíritu democrático” del matrimonio quedó hecho polvo por ellos mismos. Margarita logró una candidatura preferencial y segura por decisión cupular: ahora ya no exigió un método “democrático, transparente y claro”, e impuso su candidatura por el Distrito 10 de la Alcaldía Miguel Hidalgo, reducto panista hasta que en 2018 Javier Hidalgo, viejo militante de la izquierda social, se las arrebató.

Zavala la lleva segura porque está en la segunda posición de la lista plurinominal de la Quinta Circunscripción. Enfrentará a Salomón Chertorivski Woldenberg, ex secretario de Salud y Economía del gobierno citadino, que se postula por el solitario Movimiento Ciudadano, y tal vez al mismo Hidalgo si es que va por la reelección, que también venció a Mariana Gómez del Campo, prima de Margarita.

El grupo Calderón-Zavala también le impuso a las dirigencias del PAN-PRI-PRD nombres del pasado: del sexenio calderonista a Francisco Ramírez Acuña, ex secretario de Gobernación; Cecilia Romero, ex del Instituto Nacional de Migración; y la ultraderechista, Ana Teresa Aranda, ex subsecretaria de Gobernación. El inefable Vicente Fox tuvo su rebanada de pastel con la inclusión del ex titular de Gobernación, Santiago Creel Miranda, mentor político del dirigente Marko Cortés.

El calderonismo regresa al panismo con las mismas prácticas antidemocráticas que por muchos años le cuestionó al PRI y luego a su antiguo partido: el dedazo y la imposición. La ex primera dama viene de tropiezo en tropiezo desde el 2018 cuando perdió la nominación a la elección presidencial, aunque fue candidata independiente efímera que por su baja popularidad se retiró de la contienda y después enfrentó la negativa de registro de su organización política de derecha que competiría con el PAN.

Las ambiciones políticas del matrimonio, hechas realidad por la vía rápida, los ha superado y pintado de cuerpo entero: no son diferentes a los sujetos políticos de los otros partidos, son auténticos simuladores. Cuál será ahora su nueva retórica ante los electores y las agraviadas bases panistas (en el estado de México dos figuras legendarias renunciaron a su vieja militancia en repudio a la alianza: José Luis Durán Reveles y Gonzalo Alarcón Bárcenas). El concepto democracia les queda demasiado corto, pero lo pueden cambiar por el de un “acto patriótico” para justificarse, pero eso no los hará creíbles.

Los principios doctrinarios del partido fundado por Manuel Gómez Morín en 1939 quedaron en el cesto de la basura con su alianza con el PRI, en la coincidencia política del pragmatismo y del reparto de una parte del poder.

Del PRD nada que decir, ha quedado en un simple membrete. De Movimiento Ciudadano, la franquicia de Dante Delgado, sigue a la baja. Su lista de candidatos es de pena ajena, con el debido respeto a las personas que han aceptado contender para diputados federales por esa formación. Por ejemplo, Paquita la del Barrio una cantante muy popular, pero realmente por sus declaraciones pues no sabe qué hace en esos asuntos, según sus declaraciones. En el Bloque Morena-PT-PVEM también se cuecen habas con una joyita de nombre Félix Salgado Macedonio, acusado de violador, pero para sus dirigentes y el presidente López Obrador eso los tiene sin cuidado porque es el más popular, peregrina justificación.

Lo que se observa es una total descomposición del sistema de partidos que, como se observa están hechos del mismo material, en el que cada cual defiende a sus impresentables. Prefieren postular a quienes les pueden redituar más votos sin la obligación de defender ideas.

PRI: dirigentes y caciques imponen sus intereses

En el PRI de Alejandro Moreno Cárdenas las cosas no andan mejor que con sus nuevos socios azules. También se evidenciaron como ambiciosos vulgares al repartirse entre la cúpula, caciques y familiares las candidaturas por el principio de representación proporcional, en un acto infame de asegurarse las ganancias de lo que queda del muy avejentado y cuarteado partido tricolor.

El ex gobernador de Campeche, sin mediar un gramo de vergüenza, se apuntó en primer lugar por la Cuarta Circunscripción y será diputado. La familia de la secretaría general, Carolina Viggiano que encabeza la lista por la Quinta Circunscripción, será la más beneficiada porque además de ella también su hijo, Juan Pablo Beltrán, es candidato, lo mismo que su esposo, Rubén Moreira que buscará la reelección y va en el segundo lugar de la Segunda Circunscripción.

En la lista dada a conocer a mediados de la semana pasada también sobresalen integrantes de la familia del cacique oaxaqueño José Murat Casab: su hijo Eduardo Murat Hinojosa, hermano del gobernador de Oaxaca, cuya esposa también estaría en la lista de abanderados priístas. Caso similar el del dirigente de la CNC, Ismael Hernández Deras que busca la reelección y la plurinominal en segundo lugar de la Primera Circunscripción. Se sabe que su hija también será candidata.

Llama la atención la reaparición indirecta de Emilio Gambo Patrón porque su hijo Pablo Gamboa Miler aparece en la quinta posición por la tercera Circunscripción. El ex líder de la bancada del PRI en el Senado había sido mencionado por la periodista Lydia Cacho en sus investigaciones sobre la trama de pederastas en los que están involucrados empresarios y políticos.

El asunto viene a cuento por el caso del “Góber precioso”, Mario Marín, recientemente declarado formalmente preso por tortura y agravio contra la periodista. Sigue pendiente el asunto de Kamel Nacif, refugiado en Líbano. Gambo Patrón ha estado en la oscuridad, alejado de los reflectores en tiempos de combate contra la corrupción que se incrementó de forma burda en la época en la que el yucateco gozaba de poder. No se le ha tocado ni con el pétalo de una investigación.

Los partidos opositores han lesionado a sus bases al postular esos perfiles impopulares que no garantizan un buen ejercicio legislativo y menos la capacidad de contener el avance avasallador de la figura presidencial (en una encuesta de opinión de la empresa Enkoll arroja que el nivel de aceptación de la gestión de López Obrador subió a 68%), y su proyecto de la Cuarta Transformación.

La oposición no ha sabido reinventarse, sólo logra reciclar caras del pasado. Realizar una campaña centrada en críticas al gobierno por la crisis económica, la inseguridad y la errática conducción en el manejo de la pandemia del coronavirus no les será suficiente para convertirse en el necesario contrapeso que requiere la democracia mexicana y poner así un tope a los excesos del presidencialismo.

Tendrán que inventar una narrativa novedosa capaz de convencer al electorado de que son mejor de los que están en el poder.