Política Global

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  • La OTAN rechaza aceptar a en su seno a Ucrania
  • Putin dispuesto a seguir la guerra
  • La Europa geopolítica o militarista

Juan Barrera Barrera

A pesar de que la cuestión ucraniana es de una responsabilidad compartida entre las potencias que no pudieron, no quisieron, detener sus apetitos expansionistas, ante el concierto internacional Vladimir Putin se ha convertido indiscutiblemente en el villano de la película sangrienta que escenifican sus tropas contra la población de la nación invadida. El líder ruso encarna el mal, el autócrata que quiere acabar con la democracia.

La diplomacia está gravemente herida, al igual que los mecanismos multilaterales, la Organización de las Naciones Unidas como garante de la paz mundial. La OTAN, por su parte decide dejar a su suerte a Ucrania al rechazar el clamor de Zelensky de incluir a su país a la familia europea, por la vía rápida, argumentando los tiempos y así hacerse de los beneficios de la defensa militar.

Las sanciones drásticas económicas de Estados Unidos y aliados contra Rusia que ya empiezan a sentirse no solo entre la población de esa potencia, sino también en el mundo por el aumento en el precio de los hidrocarburos y seguramente en los alimentos, no han sido suficientes, hasta ahora, para detener la ira de Putin, ni mucho menos la guerra.

La directora del Fondo Monetario Internacional, Kristalina Georgieva, dijo que la guerra en Ucrania y las sanciones a Rusia han desencadenado una contracción del comercio mundial y disparado los precios de los alimentos y la energía, y obligarán al FMI a rebajar su prevención de crecimiento económico global en abril.

La directiva del organismo internacional añadió que las sanciones sin precedentes impuestas a Rusia habían provocado una brusca contracción de la economía rusa y que ésta enfrenta una “profunda recesión” este año. Rusia sigue perteneciendo al fondo prestamista.

Putin necesita la victoria, no cederá

Si Occidente quiere lograr la retirada de las tropas rusas de Ucrania deberá ampliar sus penalizaciones económicas pero con la salvedad de que las medidas afectarán directamente a las familias rusas, concretamente en el comercio de los energéticos y convencer a China de que intervenga con la idea de que es el único líder de talla global que podría parar el ánimo belicoso de su socio. Pero Xi Jinping continúa apoyando declarativamente a Pekín y ha responsabilizado a la OTAN de la invasión a Ucrania.

Estados Unidos y sus aliados de la OTAN también esperarían una reacción de la población rusa en contra de Vladimir Putin por el impacto negativo en sus bolsillos y el encarecimiento de productos básicos (ha habido protestas en por lo menos 50 ciudades), lo mismo se esperaría de la oposición política al Kremlin.

Sin embargo, si algo ha demostrado tener Putin es popularidad entre la población rusa y algo muy importante: que hasta ahora no hay visos de ruptura entre el grupo compacto, el ala dura de la política rusa, con el que ha gobernado. Dicho eso y mientras no haya fisuras en la cúpula del poder Vladimir Putin seguirá fincando su camino hacia la recomposición geopolítica en la que Rusia será la potencia reconocida y temida, como en los tiempos de la desaparecida Unión de Repúblicas Socialistas Soviéticas.

La geopolítica europea o la era militarista

En 1949 Estados Unidos y Europa Occidental crearon la OTAN como un mecanismo de defensa militar y para detener el avance del comunismo que les representaba la URSS. Ero en 1955 la URSS y países del Este avanzaron en esa línea y se unieron en el llamado Pacto de Varsovia como apoyo de defensa mutua frente a los países de Europa Occidental. Los soviéticos aun carecían de armamento nuclear.

Durante ese tiempo ambos bloques mantuvieron un equilibrio mundial, aunque muy frágil, durante la Guerra Fría. Con la caída del Muro de Berlín y el desmembramiento de las Repúblicas Soviéticas, el Pacto de Varsovia también debió llegar a su fin y Occidente se alzó triunfante en lo económico, ideológico y militar. El mundo unipolar inclinaba la balanza hacia el liderazgo del imperialismo estadounidense.

Hoy, la guerra de Ucrania ha cambiado diametralmente el escenario geopolítico. En un artículo titulado “La guerra de Putin ha dado lugar a la geopolítica europea” (diario El País 9-03-2022), Josep Borrel señala que “…hemos asistido al tardío nacimiento de una Europa geopolítica. Durante años, los europeos han debatido cómo hacer que la UE sea más sólida y consciente de la seguridad, con unidad de propósito y capacidad para perseguir nuestros objetivos políticos en la escena mundial”

El alto representante de la Unión Europea para Asuntos Internacionales y Política de Seguridad continua: “…en un mundo basado en la política del poder necesitamos la capacidad de coaccionar y defendernos. Sí, esto incluye medios militares…”.

¿Debemos prepararnos para una era militarista?

Por lo pronto Borrel le da la razón al presidente de Francia Emmnuel Macron, quien ha venido insistiendo en la urgencia de crear un organismo de seguridad eminentemente europeo.