Política Global

Colombia, la lucha por la segunda vuelta; entre el populismo de izquierda y derecha

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Juan Barrera Barrera

Este domingo 27 en Colombia habrá elecciones presidenciales continuando con el calendario electoral Latinoamericano. En abril hubo dos paradas democráticas en Costa Rica (segunda vuelta) y Paraguay. El 20 de este mes en Venezuela se llevó a cabo una farsa electoral, inducida por el gobierno de Caracas para perpetuar el régimen totalitario de Nicolás Maduro.

Los de Colombia, México (julio) y Brasil (octubre) son los comicios más importantes por el peso geopolítico, económico e ideológico que representan ambos países para la región Latinoamericana. Los presidenciables colombianos juagarán su pase a la segunda vuelta, ya que de acuerdo a los pronósticos, ningún candidato de los cinco superará el 50% más uno de los votos para alzarse triunfador.

En un paralelismo con los comicios presidenciales de México, en el país del cono sur los dos candidatos que encabezan las preferencias electorales representan al populismo de derecha y de izquierda (en el caso mexicano la posición de los espectros ideológicos es a la inversa y el candidato de la izquierda tiene todas las posibilidades de ganar la elección presidencial por primera vez).

Los populismos a segunda vuelta

Iván Duque, abanderado del Partido Centro Democrático, del ex presidente Álvaro Uribe, representanta la derecha, va a la cabeza de los estudios demoscópicos con un 34% de los votos; en tanto que Gustavo Petro de la izquierda progresista está en un 24% en las intenciones del voto, según las últimas encuestas, en la carrera por la Casa de Nariño. Pero en Colombia, como en otros países, las casas encuestadoras gozan de un amplio desprestigio.

En el tercer lugar con un 18% se ubica Sergio Fajardo del centro ideológico, seguido por el ex vicepresidente German Vargas Lleras con un porcentaje bajo del 9%, político tradicional del establishment que contaba con buenas expectativas de llegar a la presidencia, pero se ha venido abajo a pesar de sus apoyos de sectores conservadores, de derecha y del Partido Radica, su antigua formación, aunque algunos analistas locales piensan que la maquinaria (lo que conocemos como clientelas que pueden manejar los políticos, pues repartió cien mil viviendas como ministro de esa cartera) y un remoto milagro lo puede catapultar hasta la segunda vuelta.

En un lejano quinto y último lugar se encuentra el candidato de la paz, el liberal Humberto de la Calle, que fue el jefe negociador del gobierno de Juan Manuel Santos en el proceso de paz con las FARC, que ya convertidas en partido político retiraron a su candidato por cuestiones de seguridad.

Petro, aferrarse a la segunda vuelta

La lucha por la Casa de Nariño entre el uribista Duque que representa a la nueva derecha colombiana y el izquierdista Petro, ex alcalde de Bogotá y ex senador, está muy polarizada. A ambos se les considera representativos del populismo de ideologías encontradas.

Pero las tendencias pueden cambiar de último momento en la lucha por la carrera por la segunda vuelta colombiana. Gustavo Petro, ex integrante de la organización guerrillera M-19, ha visto que sus preferencias se han atorado en un porcentaje de votación, inercia que puede socavar su intento de llegar al 17 de junio, y también debe abandonar la estrategia de denuncia anticipada de fraude electoral.

Petro tiene que conservar su base de votantes de la centro-izquierda e incrementarla, atrayendo el voto estratégico de los liberales, de los verdes, del Polo Democrático Alternativo y aglutinar franjas de simpatizantes de Vargas Lleras que lo cuestionan por haberse aliado con los grupos más conservadores y caciquiles totalmente desprestigiados.

No sería un intento vano que el ex alcalde de Medellín se acercara al voto de las iglesias cristianas moderadas, cuyo sector en su conjunto representa un alto porcentaje de votantes y con ello aferrarse a la segunda vuelta. Colombia y México pueden darle respiro a la debacle de la izquierda latinoamericana.