Política Global

AMLO da oxigeno boca a boca a EPN; nerviosismo en la acomodaticia cúpula empresarial

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Juan Barrera Barrera                   

En los momentos más bajos de la vida política del presidente Enrique Peña Nieto, el candidato de la coalición Juntos Haremos Historia, Andrés Manuel López Obrador, le tiende la mano al mandatario al defenderlo de los cuestionamientos “de quienes lo impusieron en el 2012”.

La situación de Peña Nieto confirma la regla de que cada fin de sexenio el presidente en turno se debilita, ya sea por el arduo ejercicio del poder, abrumado por el cúmulo de problemas no resueltos, a veces enfrentado con quienes fueron sus aliados en el camino hacia la presidencia de la República, o por todo eso y más.

Recuérdese el final de la administración de Carlos Salinas de Gortari y la ruptura con su sucesor, Ernesto Zedillo Ponce de León (o de éste con aquél) a quien le habría advertido que “quienes ahora son tus amigos, mañana serán tus enemigos”.

Al final de su sexenio Vicente Fox Quesada además de mostrarse cansado y agotado por el ejercicio del poder y por los magros resultados de su administración, durante una entrevista, fuera del aire pero con el micrófono abierto, dijo que ya estaba harto, que él ya se iba, palabras más, palabras menos, de alguien que no supo ser presidente.

En una visita proselitista por la tierra del primer mandatario, Atlacomulco y cuna del grupo político del mismo nombre, el experimentado Andrés Manuel López Obrador dijo que las críticas al sexenio de Peña Nieto ya se convirtieron en un deporte nacional y señaló que no quiere hablar mal del presidente.

AMLO, va por el voto tricolor

AMLO, que se siente más seguro de su triunfo ahora que el periódico Reforma y Parametría dieron a conocer sus recientes encuestas este martes y miércoles que lo elevan al 52 y 54 por ciento de las preferencias electorales efectivas por 26 y 24 por ciento del candidato de la coalición Por México al Frente, Ricardo Anaya, y de José Antonio Meade, rompiendo por mucho su techo máximo, afirmó, ante un quórum de unas diez mil personas, en tierras mexiquenses que el PRI ya dejó solo a Peña Nieto.

Esta presunta defensa del presidente Peña Nieto la formuló el candidato de Morena, PT y PES, a la presidencia de la República, después de que las cúpulas empresariales le exigieran al mexiquense parar la violencia, pues los crímenes han llegado a índices muy altos.

El lunes, Gustavo de Hoyos y Juan Pablo Castañón, presidentes de la Confederación Patronal de la República Mexicana (Coparmex) y del Consejo Coordinador Empresarial (CCE), respectivamente, afirmaron que el crimen ha llegado a niveles nunca antes vistos y está causando severo daño económico.

¿Cuál es el verdadero motivo de AMLO para no sumarse a las críticas contra el presidente Peña Nieto?

Esta declaración es parte de la estrategia de Andrés Manuel por atraer el voto estratégico del priismo nacional al mandar una señal a la militancia del partido tricolor de que él y EPN son centro de ataques de un enemigo común: las cúpulas empresariales. Y si el candidato oficial, José Antonio Meade, ya no crecerá electoralmente es mejor hacer causa común por quien va arriba en los resultados de los estudios demoscópicos.

Los empresarios están en campaña

El conflicto entre Andrés Manuel López Obrador y los representantes de las cúpulas empresariales revivió esta semana a razón de una carta del empresario Germán Larrea, del Grupo México, quien en una misiva había criticado, sin decir su nombre, a López Obrador, pues se dice preocupado por el retorno de un modelo económico populista. En ese sentido, exhortó a sus trabajadores que voten con inteligencia y con conciencia, que razonen su voto.

López Obrador, respondió a bote pronto al segundo hombre más poderoso de México, acusándolo de traficante de influencias y uno de los empresarios predilectos de las política neoliberales, pues adquirió la minera Cananea en 400 millones de dólares, cuando su valor real era de 2 mil millones de dólares.

El conflicto AMLO-cúpula empresarial, a cuyos integrantes el tabasqueño los llama mafia del poder, confirma el apoyo de éstos a la candidatura de Ricardo Anaya Cortés, como se puede inferir en las pláticas que el tercer hombre más rico de México, Alberto Bailléres, ha tenido con su empleados en las que les pide que voten por el candidato que tenga mayores posibilidades de derrotar al abanderado de Morena y ese es el representante de la coalición PAN, PRD  y MC.

Ciertamente, algunos grandes empresarios tienen temor de que AMLO en el poder haga válida su premisa de que terminará con los privilegios de esa clase empresarial siempre acomodaticia con los hombres del poder.El propio candidato de Morena lo dejó claro en una entrevista con Televisa: “lo que ahora se necesita es separar al poder económico del poder político” y tener un gobierno que “no esté al servicio de una minoría rapaz”. Y añadió: “estos señores se creen los dueños de México”.

Aunque López Obrador le ha mandado señales al empresariado de que no deben temer si gana la elección, como todo parece indicar, lo cierto es que los hombres de negocios  si le temen al cambio ¿de qué tipo? No lo sabemos. Prefieren la continuidad o más de lo mismo. Ayer Peña Nieto les fue funcional, ahora ha dejado de serlo a sus intereses. Ahora que el presidente pide reconocimiento, los empresarios le reclaman por la inseguridad, cuando no lo hicieron durante cinco años.

Son poderosos y no se tentarán el corazón para sacar su dinero del país. Ya lo han hecho en otros momentos.