Leopoldo Reyes Equiguas*
México ofrece hasta el momento a los jóvenes ser ninis o la pobreza laboral”, son una realidad. Desde 1999 el gobierno de Gran Bretaña los clasifico como “ninis”, esto es, los jóvenes que ni estudian ni trabajan, y su número en México sigue creciendo, pese a los buenos deseos del nuevo gobierno por detener este fenómeno en el país.
De acuerdo con la Organización para la Cooperación y Desarrollo Económico (OCDE) en el año de 2014 el 22% de la población de entre 15 y 29 años de México no tenía empleo ni estaba matriculada en educación o formación. Además, menciona que “…la proporción de jóvenes adultos mexicanos de este grupo se ha mantenido por arriba del 20% durante más de una década (24.6% en 2000, 24.9% en el 2005 y 22% en el 2012)…”
La OCDE destaca también que “…la proporción de este grupo de jóvenes aumenta con la edad: 17% de la población de 15 a 19 años, 23.6% de la de 20 a 24 años, y 27.1% de la de 25 a 29 años…”. Así, México ocupó la quinta posición entre los países miembros con la tasa más alta después de Turquía (29.2%), España (25.8%), Italia (24.5%) y Chile (22.3%), y por arriba de la tasa de la OCDE (19.4%).
Cabe destacar, incluso, que los jóvenes registrados para votar por primera vez en julio pasado ascendieron a 6 millones, de los cuales votaron 4 millones.
En cuanto a la condición de asistencia escolar, esta misma encuesta presentó un comportamiento diferenciado según la edad, pues 62.4% de los adolescentes asistía a la escuela, mientras que los jóvenes con asistencia escolar sólo representaron 25.5% del total.
Respecto a la escolaridad, 52.8% de los adolescentes reportó escolaridad de nivel básico (2.3% primaria incompleta, 6.7% completa y 43.7% al menos un grado de secundaria); 41.8% tenía al menos un grado de media superior y 4.1%, al menos un grado de educación superior. En los jóvenes, el porcentaje con nivel básico fue de 40.1%; con media superior, de 30.5%; y con educación superior, 27.5%.
Desgraciadamente en nuestro país surgen marejadas y tsunamis de nuevos profesionistas que llegan al mercado laboral y difícilmente encuentran trabajo, y los que lograr colocarse lo hacen en condiciones realmente lamentables, esto es, con un salario abajo del mínimo, sin derecho a los servicios sociales, como son IMSS, y con jornadas laborables extenuantes que violan la Ley Federal del Trabajo. A este tipo de trabajos, se le conoce como “pobreza laboral”.
De acuerdo con el Coneval, los ingresos deben ser de un mínimo de 2,800 pesos, una cantidad que está todavía por debajo de los 3,000 pesos que una persona debe recibir para salir de la condición de pobreza. “Un hogar necesita un ingreso de 353.4 pesos diarios, equivales a 10,602 pesos o cuatro salarios mínimos mensuales, para alcanzar la línea de bienestar”, reportó el Coneval.
El documento, “Los jóvenes y los mercados laborales”, del Observatorio de Salarios de la Universidad Iberoamericana, señala que actualmente existen en el país existen 30 millones 684,510 jóvenes, de 15 a 29 años, y el 81% no alcanzan un salario digno suficiente para cubrir la alimentación, servicios básicos, educación, salud, vestido y esparcimiento. “15 millones 956 jóvenes –equivales a 52% del total referido– recibe ingresos que no superan línea de pobreza establecida por el Coneval, lo que refleja el nivel de precariedad económica que enfrentan”, concluye el documento.
*Rector de la Universidad Latina (UNILA)