Política Global

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  • A MC se le cayó la candidatura presidencial
  • La generación fosfo-fosfo sin perspectivas de éxito

Juan Barrera Barrera

Movimiento Ciudadano está viviendo las consecuencias de una candidatura presidencial fallida, descarrilada por sus enemigos políticos del PRI-PAN-PRD que no pudo ser frenada ni por Palacio Nacional, en donde Samuel García encontró a un aliado incondicional de lujo, el presidente Andrés Manuel López Obrador, que salió en su defensa en varias conferencias mañaneras.

La alianza PRI-PAN-PRD no le perdona a la formación naranja su desdén político al rechazar una y otra vez apoyar la coalición opositora para enfrentar juntos a la maquinaria que representa el partido oficial, el Movimiento de Regeneración Nacional y a su poderoso y popular líder.

Realmente MC tuvo el acierto político de navegar en solitario en la presente coyuntura político electoral al visualizar la caída electoral del partido tricolor y del blanquiazul. Pero pesó también el pasado negro de estos partidos por su fama de corruptos a los que califica de representar la vieja política, en contra posición a lo que dicen ellos representar la generación joven o nueva política.

Dante Delgado sin producto exitoso

Movimiento Ciudadano y su efímero candidato presidencial, Samuel García Sepúlveda, durante la escasa campaña que desplegaron lograron atraer la atención de un público importante, especialmente joven al que iban dirigidos la mayoría de sus mensajes, edad que el gobernador de Nuevo León explotaba continuamente y presumía que a pesar de sus escasos 35 años los neoleoneses podrían dar testimonio de sus capacidades para gobernar.

Sin embargo, ese joven político regiomontano, construido a base del tiktok, un producto milagro que tiene la ventaja de tener a una esposa exitosa como influencer que lo ha modelado de acuerdo a su imagen juvenil, exhibió sus torpezas políticas e ignorancia jurídica cuando intento dejar a un propio en la gubernatura en su intento por ser candidato presidencial naranja.

Muy echados para adelante, como buenos norteños, anduvieron vendiendo la idea de que en diez días de campaña habían superado en las encuestas a la alianza PRI-PAN-PRD, a la vieja política. En realidad, Movimiento Ciudadano no es un partido nacional. Gobierna, sí, dos de los estados más importantes del país y sus respectivas capitales (Nuevo León y Jalisco, Monterrey y Guadalajara, respectivamente), por eso es un movimiento regional.

El 2024 podría ser la deriva de la generación fosfo-fosfo

Así fue el ascenso de García Sepúlveda y así fue su caída política. A Dante Delgado se le agotaron los prospectos. Primero el rechazo de Marcelo Ebrard, luego el gobernador de Nuevo León y ahora ha optado por otro joven político sin trayectoria alguna, el diputado Jorge Álvarez Máynez, que solo despertó malestar en MC. Su unción o destape por parte de Samuel García evidenció el enojo del gobernador de Jalisco, Enrique Alfaro, y exhibió los conflictos internos que el líder de ese partido no ha podido procesar con el riesgo de una posible ruptura de los del sur en favor de Xóchitl Gálvez.

El cierre de campaña de Álvarez Máynez en la ciudad de Monterrey profundizará la división en el partido ciudadano, cuando hubieran intentado un acercamiento con Alfaro Ramírez, ya que Jalisco es el principal músculo político de MC, en volumen de votos y diputaciones federales, pero el nuevo mandamás de la formación política, Samuel García, que destapó a su compadre decidió la sede norteña: una disputa norte-sur en la que solo MC sale perdiendo.

Movimiento Ciudadano y su 7 por ciento de votación que representa a nivel nacional realmente no le alcanza para enfrentarse con las dos fuerzas políticas que compiten por el poder, la oficialista Morena-PVEM-PT y la opositora PRI-PAN-PRD.

Ciertamente postular un candidato propio le permite al color naranja, por lo menos por un tiempo, seguir vendiendo la idea de ser la tercera vía, la opción política joven alternativa a los extremos. Pero sus conflictos internos y la inmadurez política de sus cuadros jóvenes que no levantan expectativas reales entre sectores indecisos o apartidistas, son sus principales debilidades ante el conglomerado exigente de electores. Así, la generación fosfo-fosfo puede ser flor de un día en este 2024.