Se requiere una Reforma Educativa que tenga continuidad, no sólo una política sexenal
Leopoldo Reyes Equiguas*
A los centros de educación superior en el país tanto públicos como privados los actores del sistema político, o sea aquellos que toman las decisiones del rumbo educativo, ni los ven ni los oyen, menos a los académicos e investigadores, en general, porque siempre hay un vacío político.
Lo que ocurre en el sector educativo superior es un espejo de lo que ocurre en general en el país: falta de respuestas adecuadas en los diferentes rubros de nuestro entorno político, económico y social, aunado a una crisis de valores que algunos piensan que es una aplicación posible de descargar.
Después del gran ejemplo ciudadano en cuestiones de solidaridad del pasado 19-S, vemos como todo ello se ha ido apagando y parece que ha quedado en una inercia que se encuentra ahora en la deriva con un tejido social francamente fracturado.
Como rector de una institución de educación media y superior me preocupo en estar planeando el futuro inmediato sobre las políticas educativas que debemos implementar en los próximos meses, considerando la coyuntura política nacional de cambios de gobierno en las estructuras tanto federales como locales y legislativas.
Por ello nos mantenemos al tanto y como académicos sabemos que tendremos que opinar bajo el criterio de qué nos deberán ofrecer los gobernantes y la clase política en 2018 para resolver las necesidades sociales y en particular nuestro interés particular en el sector educativo.
Me permito desde este espacio comunicar que parte de nuestras iniciativas que llevaremos a debate próximamente con otras instituciones educativas y que puedan perfilar en una propuesta global del sector educativo superior es: conectar la educación con las políticas de desarrollo social y con ello proponer múltiples voces que se trasformen en una sola, para definir la Reforma Educativa que realmente necesitamos para el México de ahora y que ésta tenga continuidad, no solamente como otra política en periodos sexenales.
Por ello debemos conocer en lo inmediato de manera conjunta la diversificación y diferenciación en la educación superior con el objeto de promover una fórmula de integración de criterios que cubra tanto a universidades federales y estatales con carácter autónomo, como a los diversos segmentos de escuelas públicas, tecnológicos, normales y escuelas y universidades privadas.
Sabemos que hay una gran cantidad de investigaciones y propuestas, pero el sector educativo requiere también de una labor titánica para autoevaluarnos, hacer una propuesta congruente con las necesidades sociales y lograr un mecanismo propositivo e incluyente que modifique las políticas oficiales en materia de educación superior.
*Rector de la Universidad Latina (UNILA)