Leopoldo Reyes Equiguas *
Que difícil resumir en breve espacio un análisis sobre los cambios políticos del actual gobierno de los Estados Unidos, encabezado por el polémico Donald Trump y en particular hablar de su política migratoria, que de manera directa afecta jóvenes inmigrantes con permisos temporales que fueron otorgados en las administraciones anteriores por el llamado Dream Act y ahora son vistos por las autoridades de ese país como delincuentes que tuvieron en su fragmentado camino el derecho de soñar.
Los llamados Dreamers son jóvenes que buscan trabajar o estudiar en los EU; aproximadamente son 750 inmigrantes beneficiados con el programa de la Acción Diferida para Llegadas Infantiles (Deferred Action for Chilhood Arrivals o DACA por sus siglas en inglés), jóvenes que llegaron antes de los 16 años y cumplen otros requerimientos legales.
Estos jóvenes se distinguían de los más de 11 millones de inmigrantes indocumentados por los privilegios otorgados por la ley federal Dream Act, que de manera particular los ponía al frente para lograr su legalización y estancia en el país de norte.
En forma singular destacan ante las políticas antinmigrantes las declaraciones del Servicio de Inmigración y Control de Aduanas de Estados Unidos (ICE por sus siglas en inglés), donde han precisado como el estatus diferido puede ser revocado en cualquier momento, sobre todo cuando alguien comete un crimen o representa una amenaza pública para la seguridad nacional.
Las nuevas medidas del presidente Trump en materia migratoria son deportar a todos los migrantes que tengan antecedentes criminales.
Con estas declaraciones el gobierno estadunidense pretende justificar la detención de los primeros DACA que han ocurrido en las últimas semanas y que por cierto la mayoría son mexicanos, aunque dentro del gabinete de Trump, miembros conservadores de su partido y los consejeros Steve Bannon y Stephen Miller han orquestado las líneas generales para que el Poder Ejecutivo prohíba la entrada a EU de ciudadanos de siete países que son de mayoría musulmana.
Considerando los recientes hechos ocurridos en Estados Unidos, donde manifestaciones contrarias a las políticas del gobierno de Trump han sido atacadas por organizaciones supremacistas e integrantes del Ku Kux Klan, el clima anti migratorio fuertes repercusiones dentro y fuera de Norteamérica, sobre todo en México, Centroamérica y Asia.
Por ello resultan importantes las reformas a la Ley General de Educación, que pretenden hacer simples los trámites a los Dreamers expulsados de EU, para la revalidación de sus estudios.
Otro punto a favor es que los estudiantes de educación básica pueden inscribirse sin certificado de nacimiento o historiales académicos, porque muchos migrantes no tienen los documentos probatorios básicos.
A su vez muchas universidades públicas como privadas se han comprometido a reservar espacios para muchos jóvenes que al arribar no cuentan con ningún sistema de apoyo en el país, ni siquiera de tipo legal.
En este sentido mi papel como funcionario universitario y comprometido con mi país espero sumar a las iniciativas que se vienen realizando para lograr el bienestar social a los Dreamers, que hoy están llegando al país al ser testigos que la actual política estadounidense del gobierno de Trump ha dado fin al llamado sueño americano.
*Rector de la Universidad Latina (UNILA)