Política Global

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  • Alejandra del Moral y sus miedos a perder, hasta la ideología
  • Reconoce fallas de gobiernos, pero al PRI no se le critica

Juan Barrera Barrera

Las campañas en el estado de México cumplen sus primeras cuatro semanas y hasta ahora las encuestas le siguen dando la ventaja a la candidata de “Juntos hacemos historia”, Delfina Gómez Álvarez, sobre la abanderada oficial de la coalición “Va por el estado de México”, Alejandra del Moral.

Entre el equipo de la ex alcaldesa de Cuautitlán Izcalli había confianza en que después del debate la representante del PRI-PAN-PRD-PNA disminuiría la desventaja de entre 15 y 20 puntos que las empresas demoscópicas le dan a la candidata de Morena-PVEM-PT, sin embargo, la remontada no llega aún.

Con muchas agallas, pero Alejandra es una política tradicional

Si bien Del moral Vela se vio más agresiva y argumentativa en el transcurso del primer debate del jueves 20, no logró “noquear” a Gómez Álvarez, a quien le faltó más pericia y ofensiva, no obstante logró presentarse ante los televidentes como una persona humilde y sincera, tema que para los ciudadanos cuenta mucho después de tantas promesas incumplidas por el PRI, partido que ha gobernado durante 94 años la entidad mexiquense.

La ex secretaria de Desarrollo Social de la administración de Alfredo del Mazo, a pesar de ser la candidata más joven, en los escenarios se presenta como una política tradicional por su estilo de ser persona entrona, retadora que quiere impactar, más no demostrar, pero no conecta ni convence al electorado que tiene más capacidad que Delfina Gómez para ganar y gobernar.

Alejandra del Moral, ex diputada federal, antepone en sus discursos su propia biografía impoluta de corruptelas. Subraya continuamente que en 20 años que lleva en la práctica política y administrativa nunca ha sido señalada ni denunciada por algún delito. Cuando la cuestionan sobre su partido, el PRI, que es sinónimo de corrupción le da la vuelta a la pregunta y se centra en responder por su propia persona.

Prefiere, la abanderada oficial de “Va por el Estado de México”, no hacer referencia a los partidos que la sostienen porque son su principal debilidad, por su desprestigio, porque el PRI como el PAN son partidos totalmente impresentables ante la ciudadanía y, por tanto, muy nocivos para su imagen.

A pesar de su juventud, la izcalense de 39 años (en agosto cumplirá los 40), exhibe rasgos de los políticos de antaño, como se reflejó en el debate de la noche del jueves 20. Se mostró como una mujer muy echada p´lante, con agallas, agresiva políticamente, una mujer a la que “nadie mangonea”, lo que nos hace recordar la tradicional frase machista de que “a mí ninguna vieja me manda”, y acusa a Delfina Gómez de estar manipulada por sus asesores hombres porque siempre responden por ella.

El temor a perder, hasta la ideología

Alejandro Moreno Cárdenas ha enviado un equipo de ex mandatarios estatales para apuntalar a una candidata que se ve fuerte, pero detrás del cosmético se esconden los verdaderos temores a una eventual e histórica derrota. Eso puede justificar su exhorto muy arriesgado a la militancia tricolor a que “hagan lo que saben hacer, para bien o para mal”, porque ella no necesita un certificado de buena conducta, sino de una constancia de mayoría.

Alejandra del Moral está consciente de que si tiene alguna posibilidad, por muy remota que sea, de ganar las elecciones el 4 de junio próximo, acaso las más importantes de la historia recientes del estado de México, será por su propio esfuerzo y de su círculo cercano. Reconoció que la contienda no está fácil, por ello se comprometió ante sus simpatizantes “yo me voy a romper la madre por ustedes todos los días, y salir a ganar esta elección”.

El peso de su partido es tal que no le permite el ejercicio de la crítica. Reconoció “las fallas que ha tenido el PRI durante los diferentes gobiernos que han encabezado la administración pública”, por lo que “con toda humildad”, ofreció una disculpa. En Santiago Tianguistengo, cuna de Carlos Hank González, icono del priísmo estatal, autor de aquella inolvidable frase “Un político pobre, es un pobre político”, que caracteriza a la clase política local porque ha hecho negocios al cobijados bajo el poder, compartió su temor de que en los comicios se pueda perder la ideología que le han impuesto a los mexiquenses durante 94 años.

La ex directora del desaparecido Bansefi (Banco Nacional de Servicios Financieros, ahora Banco del Bienestar) en la administración de Peña Nieto, está muy acotada para convertirse en una candidata del cambio. Alejandra del Moral representa a ese sistema que miles de mexiquenses ya no soportan y claman por un cambio.

La campaña de la representante de la alianza “Va por el Estado de México” acusa debilidad y necesita muchos votos. Los ex gobernadores le han hecho el vacío, excepto Eruviel Ávila. El Ejecutivo estatal se ha convertido en un hombre invisible que sigue con su estrategia de no incomodar al presidente Andrés Manuel López Obrador, pensando en salvar su pellejo, quien sí le ha otorgado todo apoyo a la maestra Delfina Gómez, aunque eso no quiere decir que le sea muy conveniente por los problemas que el tabasqueño se echa a cuestas día con día.