Política Global

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  • El domingo los argentinos pondrán a prueba su sistema democrático
  • La inestabilidad emocional amenaza futuro inmediato de Argentina
  • Votar la incertidumbre de Milei o refrendar proyecto de izquierda moderada

Juan Barrera Barrera

Este domingo 19 los argentinos ponen a prueba su sistema democrático, que cumple 40 años, en medio de una crisis económica que parece no tener solución, no al menos en el corto plazo. Se enfrentan dos candidatos en segunda vuelta, representantes proyectos totalmente opuestos, ubicados en las antípodas ideológicas en una sociedad totalmente polarizada.

El domingo se llevó a cabo el último y definitivo debate entre los contendientes: el peronista de izquierda moderada de Unión por la Patria, Sergio Massa y el ultraderechista de La Libertad Avanza (LLA), Javier Milei. En la primera vuelta, el 22 de octubre, el también ministro de Economía se llevó el triunfo con casi 37 por ciento de la votación contra el 30 por ciento del llamado libertario que llegaba como favorito.

Si la elección del domingo estuviera supeditada a los resultados del debate, Sergio Massa sería el próximo presidente, pero así no funciona la democracia. Los debates sirven para que los electores puedan aquilatar con más precisión a las ofertas políticas de una forma más directa y de esa manera contar con más elementos a la hora de emitir su voto.

Hay consenso en los medios, escritos por lo menos, de que el ministro de Economía del gobierno de Alberto Fernández fue quien más destrezas, habilidades y conocimientos demostró en el intercambio de opiniones y confrontaciones contra el autollamado anarcocapitalista de la LLA, a quien no le dio tregua y sometió a base de cuestionamientos y preguntas.

La extrema derecha amenaza democracia argentina

Milei, economista de profesión de 53 años, es un personaje disruptivo al estilo de Donald Trump y Jair Bolsonaro, ha venido moderando su discurso explosivo, pero aun así sus propuestas descabelladas siguen vigentes y no paran de levantar temor entre amplios sectores argentinos que se preparan para el balotaje dominical.

De su parte, el oficialista Sergio Massa es un peronista de izquierda moderado, de 51 años, cuenta con una larga trayectoria política de 30 años, a diferencia del outsider Milei que carece de experiencia política y administrativa que inició su carrera hace un par de años. Hay quienes se preguntan cómo puede ser que el responsable de la economía que tiene al país con una inflación del 142 por ciento interanual y una pobreza del 40 por ciento, tenga posibilidades de refrendar el gobierno peronista, corriente ideológica que lleva 20 años gobernando a la Argentina, en las figuras de Ernesto Kirchner y Cristina Fernández.

El estridente Milei ha logrado sumar simpatías entre amplias capas de población que están harta de las crisis económicas recurrentes y de los gobernantes tradicionales a los que detestan (“la casta política”) al igual que el candidato antisistema, por eso anhelan un cambio radical, pero ¿podrían confiar en un personaje estridente que propone dolarizar la economía, cerrar el banco central, privatizar los mares y los ríos, eliminar la educación pública, privatizar las pensiones, derogar la ley del del derecho al aborto y un largo etcétera?

Hay temor de que Javier Milei gané los comicios de este domingo 19, a quien los sondeos le dan un empate técnico con el candidato izquierdista de Unión por la Patria. Sin embargo, las empresas encuestadoras han estado muy erráticas en sus levantamientos estadísticos. A Massa lo mandaron hasta el tercer lugar en las elecciones del 22 de octubre y terminó ganando la jornada.

El temor de perder la elección presidencial también existe del lado del equipo de Javier Milei, aunque también puede ser una estrategia de La Libertad Avanza, similar a la seguida por Donald Trump y Jair Bolsonaro de desestabilizar el sistema democrático sembrando dudas de los órganos electorales en caso de una posible derrota. A los expresidentes no les funcionó y ahora están en graves aprietos ante la justicia de sus respectivos países.

Difícil encrucijada electoral: o la ultraderecha o izquierda moderada

Los argentinos deberán decidirse entre un novato en el quehacer público, que ha exhibido serias contradicciones ideológicas, que va a contracorriente de los derechos sociales históricos que le han costado décadas de lucha a la sociedad argentina. Milei y su candidata a vicepresidenta, Victoria Villarruel, intentan sepultar la historia reciente del país conosureño y lavarles la cara a los militares represores de la última dictadura; o votar a un experimentado Massa que, si bien ha sido responsable de las desilusionantes políticas del peronismo, ofrece por lo menos propuestas más realistas, coherentes que pueden posibilitar una recuperación económica en un tiempo perentorio.

En la primera vuelta votaron el 77 por ciento de los argentinos, un porcentaje muy alto, además de que en Argentina votar es obligatorio, pero no es ningún obstáculo para ejercer voluntariamente ese derecho. Hay muchos votantes que rechazan tanto a Milei como a Massa y tendrán que tomar una decisión por uno de los dos candidatos o dejar en blanco la boleta. También pueden abstenerse.

Las elecciones del domingo son las más complejas de los últimos tiempos en la Argentina, la tercera economía de Latinoamérica. Los electores tienen dos opciones: el proyecto extremo del ultraderechista Milei que pretende la destrucción del Estado, para muchos de sus críticos es un desequilibrado mental: o por un proyecto de izquierda moderada que defiende la gestión estatal. Tal vez los electores se preguntarán ¿Más vale malo por conocido, que bueno por conocer?

Son momentos muy difíciles para los argentinos que tienen que tomar una decisión trascendental, pero con los pies bien puestos en la tierra y la cabeza fría y desprenderse de sus estados de ánimo. El peronismo demostró músculo político en la elección anterior, pero las encuestas están muy cerradas con leve ventaja para Milei en un escenario electoral muy volátil.